Ciudad del Vaticano (Jueves, 11-04-2013, Gaudium Press) Benedicto XVI «no tiene enfermedad» alguna, más allá de las dolencias normales «que están relacionadas a la edad», según afirmó el Padre Federico Lombardi, portavoz de la Santa Sede. La aclaración fue necesaria después de que varios medios de comunicación internacionales hicieran eco de un supuesto deterioro en la salud del Papa emérito.
El Santo Padre Francisco visita a Benedicto XVI en Castel Gandolfo. Foto: Prensa Santa Sede. |
Las informaciones, originadas en un reporte a un diario español, hacían parecer que el estado de salud de Benedicto XVI era grave e interpretaban el alejamiento de la vida pública del Pontífice emérito como un indicador de su situación. El estado de salud de Benedicto XVI ya había sido descrito como normal tras el anuncio de su renuncia y se ha explicado en varias oportunidades que Su Santidad no padece ninguna afección extraordinaria.
La vida dedicada a la oración y el recogimiento, lejos de las cámaras y los periodistas, puede generar inquietud sobre el estado de salud del Papa emérito, pero son bien conocidas las afecciones que ya padecía Benedicto XVI al momento de su retiro. Su Santidad había bajado de peso en el mes de enero y su presión arterial había fluctuado, lo que llevó a su médico personal a recomendarle no realizar viajes en avión. Su biógrafo, Peter Seewald, confirmó sus problemas de visión en el ojo izquierdo, que podrían darle algunas dificultades al desplazarse. Benedicto XVI ha usado un bastón para caminar, debido a dolores que padece en su cadera y su tobillo derecho.
El Papa emérito, que la próxima semana cumplirá 86 años, sufre estas dolencias a causa de su edad, según el proceso natural de envejecimiento. Por lo pronto, la Santa Sede confirmó que los planes de trasladar su residencia a un convento dentro del Vaticano una vez culmine su adecuación continúan inalterados.
Con información de National Catholic Register.
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