Nueva York (Viernes, 12-04-2013, Gaudium Press) El Cardenal Timothy Dolan, Arzobispo de Nueva York, Estados Unidos, destacó en su blog personal la actitud de los catecúmenos que recibieron los sacramentos de iniciación en la pasada Vigilia Pascual y de quienes, afirma, pueden aprender los demás fieles. «Ellos traen una exuberancia, una alegría, una devoción que a veces encuentro ausente en católicos de toda la vida, incluido yo mismo», expresó el purpurado.
Cardenal Timothy Dolan. |
«Ellos aman la Misa dominical y recibir la Eucaristía», comentó el Cardenal, como primera de las virtudes que los catecúmenos ejemplifican. El Arzobispo relató que encontró a uno de los nuevos fieles en la primera misa de la mañana del Domingo de Resurrección,justo después de la Vigilia. «¡No tenía que venir esta mañana! ¡Fue a misa anoche!», le bromeó el Card. Dolan, con su estilo acostumbrado. El catecúmeno le respondió, según refirió el propio Cardenal: «Sé que no tenía que venir (a esa primera misa). ¡Quería hacerlo!».
El Card. Dolan también destacó otro aspecto de la vida sacramental de los catecúmenos: «Créanlo o no, ellos disfrutan el Sacramento de la Penitencia, y ven la necesidad de él». Por este motivo los puso como ejemplo para muchos «católicos de nacimiento» que se han alejado por completo de la Confesión.
«Tercero, ellos se regocijan en el Santo Padre, no sólo en el Papa Francisco – aunque de seguro lo aman – sino en el papado en sí mismo», señaló el Cardenal y Arzobispo. Destacó su amor a la Tradición, a la autoridad de la Iglesia para enseñar la verdad, que les genera confianza, según ellos mismos le han explicado al purpurado.
Un cuarto punto esencial destacado por el prelado, como una de las enseñanzas esenciales de estos nuevos fieles, es el aprecio que tienen por la Santísima Virgen y los santos. «Uno de nuestros nuevos católicos me dijo que el momento más poderosos de la Vigilia Pascual vino para ella durante el canto de la Letanía de los Santos», relató el Arzobispo. Para ella fue claro «que ela se estaba uniendo a una familia espiritual con hermanos y hermanas mayores – los santos – y una Madre – María – en el cielo».
Finalmente, el Cardenal Dolan señaló que los catecúmenos «hablan elocuentemente del poder de la conversión». Ellos, señaló, dejaron atrás «el hombre viejo» y son una «creación nueva». Según comentó, esto también ha significado cruces en sus vidas. Como ejemplo, citó el caso de una enfermera que habló con él después de una Eucaristía. La mujer había tenido que asistir en un par de oportunidades en procedimientos de aborto. Pero una vez bautizada, tuvo que oponerse a cooperar. «Mi supervisor me dije que tenía que renunciar a cualquier esperanza de aumento o promoción», le comentó al Cardenal la profesional. «Ahí estaba… conversión… la cruz», manifestó el Cardenal. «Nuestros nuevos conversos saben de eso».
El purpurado concluyó con una enumeración de estas lecciones que los católicos aprenden sobre su «vieja fe» de mano de los nuevos fieles: «El atractivo de la Eucaristía, el poder de la Confesión, el don del Santo Padre, la solidaridad con nuestra Santa Madre y los santos, el llamado a la conversión…». Con estos motivos, el Cardenal Dolan envió un emotivo saludo de bienvenida a los catecúmenos, a quienes llamó «nuevos miembros de la familia».
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