Colorado Springs (Jueves, 25-04-2013, Gaudium Press) Luke Burgi, un joven de 18 años aficionado a las bicicletas y quien vive una vida normal en Colorado Springs, Estados unidos, vivió en su niñez una historia extraordinaria. Cuando tenía sólo 4 años, una seria afección digestiva lo puso al borde de la muerte, pero la intercesión de la próxima Beata Madre María Theresia Bonzel obtuvo para él una recuperación inesperada y el restablecimiento total de su salud.
Próxima Beata Madre María Theresia Bonzel |
Hoy, la Iglesia en Colorado Springs y las Hermanas de San Francisco de la Adoración Perpetua – la orden fundada por la próxima Beata – celebran la noticia de la beatificación de la religiosa en el mes de octubre. «Comparto la alegría de nuestras Hermanas Franciscanas porque su fundadora, Madre Bonzel, será beatificada», afirmó Mons. Michael Sheridan, Obispo de Colorado Springs. «Es maravilloso saber que ella ha estado tan cerca de nosotros en su oración de intercesión».
El beneficiario del milagro, Luke Burgie, vive una vida normal y alegre, y mantiene el contacto con las religiosas. «Es simplemente un chico que está fuera trabajando en las bicicletas para poder pagar por su coche y tratar de ahorrar algún dinero para su universidad», comentó a NCRegister la Hna. Clarice Gentrup, Vicaria General de las Hermanas del convento del Monte de San Francisco.
La curación inexplicable
La historia del milagro comienza en 1998, cuando la familia Burgie buscaba con angustia una respuesta para el grave deterioro de la salud de su hijo Luke. Durante seis meses, siete doctores analizaron sin éxito su caso, incluyendo a varios reconocidos especialistas del Hospital Infantil de Denver. El niño no podía comer, porque su cuerpo rechazaba casi la totalidad de los alimentos y con el tiempo la malnutrición lo acercó a la muerte.
Su madre, Jan Burkie, trabajaba como profesora de educación religiosa en la Escuela Católica de San Patricio, en Colorado Springs. Varias religiosas del convento del Monte de San Francisco visitaron la casa de la familia, y conocieron el pequeño enfermo. Después las hermanas invitaron la familia al convento e iniciaron una novena por su salud, pidiendo la intercesión de la Madre Bonzel. «Él estaba muy, muy enfermo», recordó la Hna. Clarice.
Las hermanas de la comunidad comenzaron una novena el 26 de enero de 1999. Al término de los días de oraciones, el pequeño Luke estaba curado. «Ese día, de repente no tenía dolor, y todo estaba normal», relató su madre. «Los doctores nos dijeron que una curación natural hubiera sido gradual y hubiera tomado mucho tiempo. Esta fue una curación total y espontánea (…) ha permanecido sano desde entonces».
Luke pudo volver a comer y dejó de padecer dolores, recuperando rápidamente el peso que había perdido en sus seis meses de convalecencia. «Me prueba que Dios está escuchando, dispuesto a trabajar a través de personas que nos sorprenden», comentó la Hna Clarice. «Si usted le pide ayuda a Dios, Él no se aleja, Él escucha».
Con información de National Catholic Register.
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