Bogotá (Viernes, 10-05-2013, Gaudium Press) Enmarcada en el Año de la Fe y con una petición especial por la paz, jóvenes de Bogotá participarán en una peregrinación en homenaje a Nuestra Señora.
El evento ocurrirá el próximo viernes 17 de mayo como parte de la iniciativa «Fogón de Oración» que desde hace 15 años organiza la Universidad la Gran Colombia, desde su Centro de Ética y Humanidades, con los jóvenes de la institución educativa, para promover el rezo del Santo Rosario y la devoción mariana durante el mes de mayo, que es tradicionalmente el mes de la Virgen.
Es así que cada año, en una fecha cercana a la festividad de Nuestra Señora de Fátima -que se conmemora el 13 de mayo- los jóvenes universitarios rinden un homenaje a la Madre de Dios. Homenaje que este 2013 ocurrirá con una peregrinación al Cerro de Guadalupe, uno de los cerros tutelares de la capital colombiana, para pedir por la paz de Colombia y también para testimoniar la fe católica, especialmente en este Año de la Fe. De ahí el lema de la peregrinación: «La Madre de Jesús dijo: hagan lo que él les diga».
En el marco de este peregrinaje también se realizará una celebración Eucarística en la Catedral Primada de Colombia.
María, modelo de fe
Precisamente el Papa Emérito Benedicto XVI, en su Carta Apostólica «Porta Fidei», con la que convocó el Año de la Fe, invita a ver en la Madre de Dios un modelo de fe: «Por la fe, María acogió la palabra del Ángel y creyó en el anuncio de que sería la Madre de Dios en la obediencia de su entrega (cf. Lc 1, 38). En la visita a Isabel entonó su canto de alabanza al Omnipotente por las maravillas que hace en quienes se encomiendan a Él (cf. Lc 1, 46-55). Con gozo y temblor dio a luz a su único hijo, manteniendo intacta su virginidad (cf. Lc 2, 6-7). Confiada en su esposo José, llevó a Jesús a Egipto para salvarlo de la persecución de Herodes (cf. Mt 2, 13-15). Con la misma fe siguió al Señor en su predicación y permaneció con él hasta el Calvario (cf. Jn 19, 25-27). Con fe, María saboreó los frutos de la resurrección de Jesús y, guardando todos los recuerdos en su corazón (cf. Lc 2, 19.51), los transmitió a los Doce, reunidos con ella en el Cenáculo para recibir el Espíritu Santo (cf. Hch 1, 14; 2, 1-4)».
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