México (Sábado, 11-05-2013, Gaudium Press) La Conferencia Episcopal Mexicana emitió un comunicado el pasado 09 de mayo con motivo de la canonización de la Madre María Guadalupe García Zavala, mexicana fundadora de la congregación religiosa de las Siervas de Santa Margarita María y de los Pobres. «El próximo domingo 12 de mayo, la Iglesia, especialmente la que peregrina en México, dará gloria Dios por concedernos la canonización de una de nosotros», afirmaron los Obispos, quienes calificaron el suceso como «un regalo extraordinario que nos llena de esperanza».
Madre María Guadalupe García Zavala |
Para los prelados, venerar como Santa a una mujer «nacida en nuestra patria», tiene un saludable efecto en toda la nación. La canonización «nos hace descubrir que la santidad, que consiste en la perfección del amor a Dios y al prójimo, no es una meta inalcanzable, sino algo a lo que podemos llegar, si respondemos con generosidad a la gracia divina», comentaron. Por este motivo, la Conferencia Episcopal invitó «a los señores Obispos, a los sacerdotes, diáconos, personas consagradas, seminaristas y fieles laicos a agradecer a Dios el don de la canonización de la Madre Lupita, participando este domingo en la celebración de la Santa Misa en las catedrales de sus diócesis, en sus parroquias o en las iglesias más cercanas».
Un ejemplo de amor a Dios y al prójimo
Los Obispos recordaron algunos detalles de la vida de la nueva Santa mexicana, nacida en Zapopan, Jalisco, en 1878. «Su padre, Fortino, tenía una tienda de objetos religiosos frente a la Basílica de Nuestra Señora de Zapopan, lo que favoreció que desde muy pequeña, Lupita visitara la Iglesia con frecuencia». La joven y hermosa Lupita se comprometió en matrimonio a los 23 años de edad, pero sintió la vocación de entregarse al servicio de Dios a los pobres y los enfermos. Tras discernirlo con su director espiritual, el P. Cipriano Iñiguez, se dedicó a formar la que sería la congregación religiosa de «Siervas de Santa Margarita María y de los Pobres».
«La Madre Lupita, que provenía de una familia de buen nivel económico, se adaptó rápidamente a una vida extremadamente sobria», comentaron los Obispos. «Y a pesar de que el hospital tenía muchas carencias, ella se entregaba con esmero al cuidado de los enfermos, a quienes brindaba la mejor de las terapias: el amor». En medio de la persecución religiosa, la Madre Lupita resguardó en el hospital al Arzobispo de Guadalajara y algunos sacerdotes. Su caridad cristiana fue la defensa de todos los que estaban bajo su cuidado. «A los soldados persecutores les daba alimento y curaba sus heridas. Por eso, los soldados no sólo no molestaron a las religiosas sino que hasta las defendieron, al igual que a los enfermos», refirieron los prelados.
La Madre María Guadalupe García Zavala falleció en Guadalajara en 1963, con una notable fama de santidad y después de dirigir el crecimiento de su congregación, que contaba con 11 fundaciones al final de su vida. «La Madre Lupita es ejemplo del amor a Dios y al prójimo», afirmó la Conferencia Episcopal. «Ese amor que hace la vida plena en esta tierra y eternamente feliz en el cielo. Aprendamos de su ejemplo para ser de verdad discípulos y misioneros de Cristo, sin dejarnos desalentar por la adversidad».
«Pidamos la intercesión de la Madre Lupita, para que siguiendo su ejemplo, seamos cada día verdaderos discípulos y misioneros de Cristo», concluyeron los Obispos.
Con información de la Conferencia Episcopal Mexicana.
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