Roma (Domingo, 13-05-2013, Gaudium Press) Miles de peregrios se dieron cita hoy en la Plaza de San Pedro, en el Vaticnao, para presenciar un evento histórico: la primera Canonización que presidiría un Papa Latinoamericano, también a dos santas Latinoamericanas: la colombiana Madre Laura Montoya Upegui, fundadora de la Congregación Misioneras de María Inmaculada y Santa Catalina de Siena; y la mexicana María Guadalupe García Zavala, fundadora de la Congregación de las Siervas de Santa Margarita María y de los Pobres.
Gaudium Press conversó en la Plaza vaticana con algunos de los peregrinos que, desdes México y Colombia, llegaron a Roma para vivir, como testigos directos, la también primera Ceremonia de Canonización que presidía el Papa Francisco.
El ambiente de la Plaza de San Pedro durante la Ceremonia de Canonización de las latinoamericanas. |
Entre ellos se econtraba el Padre Yonier de Jesús Montoya, sacerdote colombiano -de la Diócesis de La Dorada-Guaduas-, quien se refirió especialmente a la Canonización de la santa colombiana: «La Canonización de la Madre Laura es, ante todo, una experiencia de fe. Es una experiencia de fe que nos toca de cerca la vida de los colombianos, porque es la primera santa que es reconocida públicamente, ya que hay tantos santos que son anónimos (…) Esta imagen de la Madre Laura nos recuerda eso: ella es la primera que coloca la cara, pero son detrás muchísimos santos».
Dijo, además, que este acontecimiento recuerda también que todos los bautizados seguimos siendo llamados a ser santos. «La santidad es de todo cristiano, todo cristiano está llamado a ser santo; y tiene la posibilidad de ser santo con la gracia de Dios», añadió.
De otra parte, la peregrina mexicana Irma Guadalupe Solís, comentó que la Canonización, particularmente de la religiosa María Guadalupe García, tiene un gran significado, porque es «una hermosa oportunidad de traer a la ceremonia las peticiones de mis familiares, amigos, compañeros, de mi ciudad y de mi país; para rogar a Dios que se logren cumplir los anhelos de sus corazones, y así fortalecer la fe de los mexicanos, ya que vivimos cientos de dificultades «.
Algunos afiches con las imágenes de las santas que se pueden encontrar por las calles de Roma. |
Por su parte, la también mexicana, María Estela M. Escobar, quien llegó a Roma desde Guadalajara, el poder ser testigo de la Canonización, de quien es desde hoy la segunda santa mexicana, «ha sido una alegría muy grande y un orgullo, porque después de 50 años de su muerte, y que la hagan santa; es algo muy grande, ya que es un pedacito de nosotros que va a quedar aquí».
La celebración de las nuevas santos no sólo se vivió al interior de la la Plaza de San Pedro, sino también a sus alrededores, especialmente en los negocios de «souvenirs», donde desde días antes de la ceremonia ya estaban preparados los artículos religiosos con las imágenes de los santos, para el recuerdo de los peregrinos.
Gaudium Press / Sonia Trujillo
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