Madrid (Domingo, 12-05-2013, Gaudium Press) Ante la mirada atenta de representantes de Manos Unidas, Domus Mariae, Cursillos de Cristiandad, Heraldos del Evangelio, Caritas Madrid, Movimiento Apostólico de Schoenstatt, Sociedad de San Vicente de Paúl, Talleres de Oración y Vida del Padre Larrañaga, y de los encargados de laicos de las Vicarías V y VIII el Vicario Episcopal de la Vicaría IV de Madrid y Delegado Diocesano de Cáritas, D. Pablo González, Vicario Episcopal de la Arquidiócesis de Madrid, expuso sus ideas sobre la Caridad y la Evangelización en la reunión que el Centro de Interés de la Delegación Diocesana de Apostolado Seglar de la Archidiócesis de Madrid convoca semestralmente.
El Vicario dio mucha importancia a lo que denominó «parte constitutiva de la Iglesia: la Caridad» pues «no hay Iglesia si en el medio no está la Palabra de Dios, los Sacramentos y la Caridad, que son tareas que mutuamente se implican y sin lo cual no se comprende cada una aislada de las otras».
Recordó González que «en cada momento de la Historia, el Señor nos prepara una serie de cosas para construir el Reino. Es lo que el Beato Papa Juan XXIII denominaba «signos de los tiempos» y «por eso es tan importante la Misión Madrid que nuestro Cardenal Arzobispo ha lanzado en Madrid como fruto y continuación de la JMJ Madrid 2011. No podemos olvidar que la actual crisis que padecemos no es solo una crisis financiera, es una crisis antropológica muy fuerte. El corazón humano está roto. Hemos vivido una época en que la cultura del placer y del bienestar nos han infeccionado con unos virus que nos alcanzan a todos».
«Hemos ido por caminos y derroteros queriendo no sufrir. El corazón humano se ha apartado de Dios y vemos como enemigo al sufrimiento. Y no vemos por tanto la otra cara de la moneda del sufrimiento que es el amor. Huimos de sufrir, huimos de Dios y nos metemos en una vorágine. Estamos en medio de una sociedad en donde no se profundiza, y en donde la tentación es pasar de lado del sufrimiento y dejar de lado lo principal. Por eso urge que seamos testigos de la Fe y del Señor, y por eso la Misión Madrid nos envía a ser evangelizadores». Y de ahí la importancia de que «nuestra vidas deberían iluminar a los demás por nuestra coherencia, recordando que también es un gesto misionero el testimonio. Y allí radica la importancia de la caridad con vistas a la Evangelización». «El ámbito peculiar de la Nueva Evangelización es la caridad».
Don Pablo González les recordó a los representantes de los movimientos que le escuchaban que «es importante que haya representantes de tantos movimientos que yo veo que viven la comunión, pues si no hay comunión no hay vida. Uds. viven esa comunión pero es indispensable que recordemos que hay un punto fundamental de la Evangelización sin el cual no podemos hacer nada, y es el estar unidos a Cristo, de manera que nuestras vidas trasparezcan la Fe». «Se está haciendo muchísimo en Madrid en materia de caridad. Pero hay que recordar siempre que no nos debemos conformar con solo dar a los pobres, sino que es necesario llevarles a encontrarse con Cristo» y por eso «muchas personas hacen visible la Palabra de Dios con su vida, pues no son cristianos por una cuestión de filosofía, lo son por amor de Dios y con su vida dan testimonio de ese amor de Dios».
«A veces nos contentamos con dar cosas y no queremos complicarnos más la vida»
El Vicario Episcopal y Delegado de Cáritas recordó que «a veces nos contentamos con dar cosas y no queremos complicarnos más la vida. Y lo que se precisa es hacer que los pobres sientan que nuestra Iglesia es su casa. Sueño con iglesias que queden abiertas toda la noche, con gente joven que después de participar en una Eucaristía y de rezar bastante, salgan a la calle y procuren a los que duermen en las calles y les hagan sentir que no están solos, que están acompañados, que hay grupos de apóstoles de la caridad que unidos a Jesucristo rezan por ellos, que los acompañan, que les ayudan. Y cuando eso lo vivimos la caridad de las obras es el signo palpable de la caridad de las palabras».
D. Pablo insistió en que «el gran reto de la vida cristiana no consiste en hacer muchas cosas, si no en ser. O soy de Cristo, o soy de mi ego. La caridad es el fruto de la vida cristiana. Cuando quitamos a Dios de nuestras vidas, ni se entiende a las personas, ni la gente se entiende a sí misma. Si rechazamos el sufrimiento nos incapacitamos para el amor y para amar. Y si pasamos de los pobres, pasamos de Dios».
El ponente, que fue presentado por el Delegado de Apostolado Seglar de Madrid, D. Rafael Serrano Castro, respondió al final de su conferencia, una serie de preguntas de los asistentes que se interesaron mucho por sus planteamientos.
Gaudium Press / José Alberto Rugeles
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