Chicago (Miércoles, 15-05-2013, Gaudium Press) La jueza de la corte Suprema Americana Ruth Bader Ginsburg, es reconocida como una defensora del mal llamado derecho al aborto. Entretanto, en un reciente ‘conversatorio’ en la Escuela de Leyes de la Universidad de Chicago, ella no ahorró críticas al fallo «Roe vs. Wade» de 1973, que abrió ampliamente las puertas para esa práctica en los EE. UU.
Para la jueza el fallo fue más allá de los límites adecuados y se convirtió en el gran «blanco» de los militantes pro-vida. «Esa fue mi preocupación, que la Corte ha dado a dado a los oponentes del acceso al aborto un objetivo a apuntar sin descanso», dijo en el evento, que recordaba los 40 años de la decisión judicial de la Corte Suprema.
La jueza americana señaló que durante la vigencia de Roe vs. Wade los activistas pro-vida han introducido con éxito restricciones al acceso al aborto en varios estados.
‘Roe’ estudió la constitucionalidad de una ley del estado de Tejas que prohibía el aborto salvo si fuese considerado para salvar la vida de la madre. La jueza Ginsburg hubiese preferido una decisión más estrecha que simplemente anulase esa ley texana, más que dar líneas guía para la regulación del aborto por trimestre. Según Ginsburg, una decisión más restringida habría permitido una mayor expansión del acceso al aborto por medios legislativos.
Entretanto, la realidad de los últimos 40 años confirma la aseveración de la jueza Ginsburg, acerca de las restricciones que han ocurrido al acceso al aborto. Solo en el 2013, dos asambleas legislativas estatales -Dakota del Norte y Arkansas- han aprobado amplias leyes antiaborto.
En Dakota del Norte en marzo se aprobaron 3 proyectos pro-vida, que incluyen prohibiciones de practicar abortos cuando el latir del corazón del feto es detectable, lo que ocurre alrededor de las 12 semanas, y prohibiciones de aborto cuando se motiva por anormalidades genéticas o por discriminación de sexo.
En la misma línea, y en el mismo mes, en Arkansas los legisladores anularon un veto del gobernador del estado, y ratificaron que no se podrán practicar abortos después de la 12ª semana, después de la detección del latido del corazón por ultrasonido. Una ley diferente prohibía ya el aborto después de la 20ª semana, cuando el feto ya puede sentir dolor.
Con información del National Catholic Register
Gaudium Press / S. C.
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