Ciudad del Vaticano (Miércoles, 15-05-2013, Gaudium Press) La misa que el Papa Francisco celebró ayer en la Capilla de la Casa Santa Marta fue concelebrada por Mons. Ricardo Antonio Tobón Restrepo, Arzobispo de Medellín. Participaron de la celebración de este martes, alumnos del Pontificio Colegio Portugués y también funcionarios de los Museos del Vaticano.
Foto: Gustavo Kralj – Gaudium Press |
El tema principal de la homilía del Santo Padre fue el egoísmo.
Y el Papa usó palabras fuertes para condenar este vicio. Comparó el egoísmo con la actitud de Judas que fue llevado al aislamiento de la propia consciencia y, por último, a la traición:
«Pensemos en aquel momento de la Magdalena, cuando lava los pies de Jesús con el nardo, tan caro: Es un momento religioso, un momento de gratitud, un momento de amor. Y él (Judas) se aleja y critica amargamente: ‘Pero… ¡eso podría ser usado para los pobres!’. Esta es la primera referencia que yo encontré en el Evangelio de la pobreza como ideología. El ideólogo no sabe lo que es el amor, porque no sabe donarse».
Según enseñó el Pontífice, el egoísta no ama y, por eso, no «da la vida como don». Al contrario, él «cuida de su vida, crece en este egoísmo y se torna un traidor, pero siempre solo».
Quien «da la vida por amor, jamás está solo: está siempre en comunidad, en familia», afirmó el Papa Francisco. Al contrario, dijo el Santo Padre, quien «aísla su consciencia en el egoísmo», al final «la pierde». Y fue exactamente eso lo que sucedió con Judas Iscariote.
Judas «era un idolatra, allegado al dinero», una idolatría que «lo llevó a aislarse de la comunidad»: «Cuando un cristiano comienza a aislarse, también aísla su consciencia del sentido comunitario, del sentido de la Iglesia, de aquel amor que Jesús nos da. En sentido contrario, el cristiano que dona su vida, que la pierde, como Jesús dice, la encuentra, la reencuentra plenamente. Juan nos dice que ‘Satanás entró al corazón de Judas’. Y Satanás siempre nos engaña: ¡siempre!», afirmó el Santo Padre.
Concluyendo su homilía, el Papa Francisco recordó Pentecostés y rezó:
«En esos días en que aguardamos la fiesta del Espíritu Santo, pidamos: Ven, Espíritu Santo, ven y dame este corazón grande, este corazón que sea capaz de amar con humildad. Y que nos libere siempre del otro camino, del camino del egoísmo, que no tiene buen fin. Pidamos esta gracia». (JSG)
Con informaciones de la Radio Vaticana.
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