Madrid (Jueves, 16-05-2013, Gaudium Press) El próximo 2 de junio, cuando la Iglesia Católica conmemore la solemnidad del Corpus Christi -Cuerpo y Sangre de Cristo-, en España se celebrará el Día de la Caridad; una ocasión para reflexionar sobre el amor y la misericordia de Dios, y el amor que se transforma en obras hacia los más necesitados.
Con motivo de esta festividad, la Conferencia Episcopal Española (CEE), desde la Comisión de Pastoral Social, dirigió recientemente un mensaje a todos los fieles católicos y personas de buena voluntad en el que recuerdan que «la perfección del cristiano está en el amar».
«A los que hemos sido bautizados en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y manifestamos la voluntad de seguir a Jesucristo, nos ha dicho el Señor: ‘Sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto’ (Mt 5, 48). La perfección de Dios se manifiesta en su amor: por eso, después de lavar los pies a sus discípulos, dice: ‘os he dado ejemplo para que lo que yo he hecho con vosotros, vosotros también lo hagáis’ (Jn 13, 15). Y en la reflexión que les ofrece después que Judas había salido para entregarle, añade: ‘Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros’ (Jn 13, 34). Enseñándoles cómo debía ser ese amor, añade: ‘como yo os he amado, amaos también unos a otros. En esto conocerán que sois discípulos míos’ (Jn 13, 34-35)», cita la CEE en el mensaje.
En este sentido, el Episcopado Español también recuerda que la Iglesia es el principal sujeto de la caridad: «La Iglesia ha de predicar siempre a Jesucristo en quien y por quien se hace presente el Reino de Dios. Y Jesucristo es la expresión plena del amor de Dios. Por tanto, la Iglesia, que es el Cuerpo de Jesucristo y le tiene como Cabeza, no puede realizarse como tal si no vive y predica el amor a Dios y el amor de Dios que no hace distinción de personas».
Continuando con lo anterior, dice también que el ejericicio de la caridad no es reservado únicamente a algunas personas, sino que «es un deber de todos y cada uno de los bautizados», puesto que «quien ama a Dios no puede olvidar el amor al prójimo».
«El amor no es una imposición de Dios o un precepto para mayor perfección. Es, sencillamente, una respuesta o una correspondencia lógica y necesaria a Dios que nos ha amado primero», continúa la CEE.
De esta manera, y con ocasión de la solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo, el Episcopado Epañol destaca que la Eucaristía es la fuente verdadera de la caridad: «La Eucaristía, signo de unidad, es el fundamento y el alimento de la comunidad eclesial. Por tanto, la caridad, que brota de la Eucaristía, debe tener una dimensión eclesial, comunitaria; de tal modo que no quede como un ejercicio particular sino como la colaboración de cada uno en la obra de la Iglesia, sea a través de la parroquia, o de otra comunidad cristiana. El espíritu de caridad alimentado en la Eucaristía nos capacita para atender al prójimo, mirándole con los ojos de Cristo».
Finalmente, la Iglesia en España hace un llamado a los fieles a la solidaridad y al servicio por los más necesitados:»Jesús se ciñó la toalla, con humildad asumió el oficio de los esclavos y lavó los pies de los apóstoles. Precioso icono que nos invita a acercarnos a los hermanos más pobres, a los que sufren, a los más necesitados despojándonos de toda riqueza, de toda actitud de suficiencia, compartiendo con ellos lo que somos y tenemos. Sólo la solidaridad nos ayudará a avanzar por caminos que den vida y esperanza a los hermanos más pobres. Vivir sencillamente ayudará a que otros, sencillamente, puedan vivir, nos dice la campaña institucional de Caritas para este Año de la Fe».
Con información de la Conferencia Episcopal Española.
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