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Panamá (Martes, 21-05-2013, Gaudium Press) Los Obispos reunidos en la Asamblea Ordinaria del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) del 14 al 17 de mayo emitieron un mensaje en el que manifestaron su compromiso por «dar fruto y fruto que permanezca». Esta disposición es parte de la identidad de los católicos y requiere que los miembros de la Iglesia permanezcan «vinculados por la fe y el amor con Cristo, como los sarmientos unidos a la vid».
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| Los Obispos del Consejo Episcopal Latinoamericano, reunidos en la Asamblea Ordinaria. Foto: CELAM. |
Los prelados dedicaron la primera parte de su mensaje a recordar la celebración de los 500 años de fundación de la Diócesis de Panamá, «la primera diócesis en tierra firme en nuestro Continente y que nos ha acogido con gran fraternidad y alegría». También conmemoraron el sexto aniversario del comienzo de la V Conferencia del Episcopado Latinoamericano y de El Caribe en Aparecida y agradecieron la presencia de Benedicto XVI en ese importante acontecimiento. El Pontífice emérito «iluminó con sabiduría evangélica el camino de la Iglesia en nuestro Continente», destacaron los Obispos.
Caminar, construir y profesar
Los prelados también celebraron su Asamblea «bajo el signo gozoso y comprometedor del nuevo sucesor de Pedro, el Papa Francisco, un hijo de estas tierras y de esta iglesia latinoamericana». Los Obispos señalaron que la elección de un Papa latinoamericano es «un signo de madurez» de la Iglesia en el continente y un «don de Dios que nos exige comprometernos aún más como discípulos y misioneros de Jesús».
Precisamente del mensaje del Papa Francisco en su primera Eucaristía como Pontífice los Obispos manifestaron asumir la «propuesta programática» resumida en tres verbos: caminar, construir y confesar. El mensaje recordó las palabras del Santo Padre: «Quisiera que todos, después de estos días de gracia, tengamos el valor, precisamente el valor, de caminar en presencia del Señor, con la cruz del Señor; de edificar la Iglesia sobre la sangre del Señor, derramada en la cruz; y de confesar la única gloria: Cristo crucificado. Y así la Iglesia avanzará».
Los Obispos latinoamericanos hicieron un llamado a caminar «sin acomodarnos ni conformarnos con los logros alcanzados, pero tampoco sin dejarnos vencer por las dificultades o por los miedos». La construcción de la Iglesia, segundo punto de dicha homilía, debe hacerse en unidad con Jesucristo y hacer de la Iglesia una «casa y escuela de comunión» que llegue a todos y que «contagie la esperanza y la vida que brota del Evangelio». La confesión de la fe debe realizarse «con nuestro testimonio de vida y con nuestra palabra».
Los prelados recordaron el «deseo de servicio, de amor y de humildad» expresado por Jesús al lavar los pies a sus discí?ulos. Esta imagen inspira a la Iglesia para ser «signo y sacramento de salvación e instrumento de unidad del género humano entre sí y de los seres humanos con Dios». Antes los diversos problemas y retos que enfrentan los pueblos latinoamericanos, los Obispos renovaron su compromiso en llevar a cabo la Misión Continental, con especial a los sufrientes y a quienes se encuentran en «las periferias más hondas de la existencia».
Los Obispos también hicieron un llamado a «hacer vida y dar cuerpo al Evangelio a través de acciones, de «gestos», que hagan transparente la presencia del Señor», siguiendo el ejemplo de «numerosos santos y mártires de nuestro Continente», como lo enseña el Santo Padre.
Finalmente, los prelados encomendaron a la Santísima Virgen, «amada y celebrada en Panamá como Santa María La Antigua» la Iglesia en Latinoamérica para que «nos ayude a vivir y servir como discípulos misioneros, iluminados y fortalecidos con la Palabra de Dios». También dejaron bajo su cuidado los jóvenes que reunirán en la próxima JMJ Río2013 y le pidieron que, «como modelo de discipulado y Madre de la Iglesia, ore con nosotros y por nosotros, ayudándonos a vivir disponibles a la novedad y libertad del Espíritu Santo que guía a la Iglesia y la conduce a la verdad completa».
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