Santiago (Miércoles, 29-05-2013, Gaudium Press) hace un par de días, el Presidente del Pontificio Consejo para la Familia, monseñor Vincenzo Paglia, llegó a Chile en el contexto de una apretada agenda que contempla actividades académicas, reuniones con diferentes agrupaciones pro familia y encuentros pastorales con diversas autoridades, entre ellas, el padre Marek Burzawa, Vicario para la Familia de la Arquidiócesis de Santiago.
El pasado viernes 24, el prelado dictó una conferencia en la Pontifica Universidad Católica titulada «La Familia como Educadora de las Virtudes» el marco del III Encuentro de la Red de Institutos Latinoamericanos de Familia de Universidades de Inspiración Católica, Red IFAM.
Tras la charla, monseñor Paglia fue consultado por medios de prensa eclesiales sobre la forma como la Iglesia acoge las diferentes realidades familiares que existen hoy. «La Iglesia siente a la familia como algo central. La preocupación empieza por las que van el domingo a misa, las que se reúnen para formar la gran familia de Dios. Ciertamente hay muchas familias heridas, ellas son una preocupación fundamental», dijo.
Y agregó: «Quiero subrayar está atención, porque el amor de Jesús es para todos, pero sobre todo para los que sufren, que siempre requieren un afecto, un amor y una consolación inmediata. La Iglesia debe ir rápidamente al encuentro de las familias que sufren».
Ante la pregunta sobre el descenso de las cifras de natalidad a nivel mundial, el obispo destacó que antes que todo «este es un problema de conciencia de los padres y las madres, porque cuando no nacen hijos quiere decir que la esperanza en el futuro no es fuerte. Tenemos que regresar al interior de nosotros mismos y comprender que los niños son una gran gloria, una fiesta, son lo que todos deseamos para aguardar el futuro con esperanza».
En este sentido enfatizó que «una sociedad sin hijos es una sociedad muerta. Es importante que las instituciones públicas ayuden, sobre todo en momentos de crisis como el que vivimos. Los padres no deben temer a los problemas, porque ciertamente los hijos son una gran riqueza no sólo para la familia, sino para toda la nación».
Al término de su diálogo con la prensa, monseñor Paglia manifestó su deseo de que ojalá «la longitud de este hermoso país fuera proporcional a la amplitud de su amor. Creo que Chile puede dar un gran ejemplo de amor y desarrollo a todos los países de América Latina. Un gran saludo y muchas gracias a toda la Iglesia de Santiago».
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