Mercedes (Jueves, 30-05-2013, Gaudium Press) Mons. Carlos Collazzi, Obispo de la diócesis uruguaya de Mercedes, ha dirigido una invitación a todas las comunidades de su jurisdicción eclesial, convocándolas a unirse en la Hora Santa Mundial que presidirá el Papa Francisco desde la Basílica de San Pedro el próximo domingo 2 de junio, con motivo de la Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo.
«Hemos recibido la invitación del Santo Padre para la gran jornada mundial de oración con motivo del Año de la Fe a celebrarse el próximo domingo 2 de junio fiesta de la Eucaristía (…) Convoco a todos ustedes, de las Comunidades de la Ciudad Sede de la Diócesis, a encontrarnos a la hora 18 en la Iglesia Catedral Nuestra Señora de las Mercedes para celebrar una hora de oración delante de Jesús Eucaristía», dice la invitación de Mons. Collazzi.
El prelado también presidirá ese día, a las 12:00 horas la solemne procesión Eucarística en Colonia Sacramento, que culminará con la Santa Misa en la Catedral de la ciudad uruguaya.
Mons. Collazzi con el Santo Padre / Foto: CEU. |
Las intenciones del Papa para la Hora Santa Mundial
Precisamente, el Vaticano, desde el Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización -dicasterio encargado de organizar los grandes eventos con el Papa para el Año de la Fe-, ha puesto a disposición un esquema e intención para la Hora Santa que presidirá el Papa Francisco desde las 5:00 horas, horario en Roma; y que puede ser utilizado por las diócesis para que se sumen a esta jornada en torno al Santísimo Sacramento.
Estas serán las intenciones por las que orará de modo especial el Santo Padre el próximo domingo:
«Por la Iglesia extendida por todo el mundo y reunida hoy, en signo de unidad, en la Adoración a la Santísima Eucaristía. El Señor la haga siempre más obediente a la escucha de su Palabra y así pueda presentarse ante el mundo «más bella, sin mancha ni arruga, sino santa e inmaculada» (Ef 5,28). A través de su fiel anuncio, la Palabra que salva resuene siempre como portadora de misericordia y propicie un renovado compromiso en el amor que ofrezca pleno sentido al dolor y al sufrimiento, y restituya la alegría y la serenidad».
«Por todos los que en diversas partes del mundo vienen sufriendo de las neuvas esclavitudes y son víctimas de las guerras, de la trata de personas, del narcotráfico y del trabajo «esclavo»; por los niños y las mujeres que sufren cualquier forma de violencia. Pueda su silencioso grito encontrar la Iglesia despierta. Así, teniendo la mirada fija en el Cristo crucificado, ella nunca olvide tantos hermanos y hermanas dejados en manos de la violencia».
«Además, oremos por todos aquellos que viven penurias económicas, sobre todo por los desocupados, los ancianos, los inmigrantes, los que no tienen hogar, los presos y por todos los que experimentan marginación. La oración de la Iglesia y su activa labor de cercanía en la caridad sea para ellos consuelo y apoyo seguro. Que ella pueda alentar siempre la esperanza y la audacia en la defensa de la dignidad de la persona humana».
Con información de la Conferencia Episcopla Uruguaya (CEU) y annusfidei.va
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