Santiago (Martes, 04-06-2013, Gaudium Press) Cerca de 10 mil fieles participaron el domingo 2 de junio de la Solemnidad de Corpus Christi en el Arzobispado de Santiago. Con carteles, banderas y estandartes los devotos repletaron la Iglesia de San Francisco, en pleno centro de la capital, donde a eso de las 14:00 horas se dio inicio a la celebración por medio de la Santa Misa
Fotos: Arzobispado de Santiago de Chile |
La eucaristía fue presidida por el Arzobispo, monseñor Ricardo Ezzati, y concelebrada por el Nuncio Apostólico, monseñor Ivo Scapolo, los obispos auxiliares Cristián Contreras y Pedro Ossandón, y una decena de sacerdotes y diáconos.
En su homilía, monseñor Ezzati llamó a los presentes a no dejar de asombrarse por el misterio eucarístico, que se ha hecho presente en estos dos mil años de historia de la humanidad y que hoy, al igual que ayer, «sigue regalándonos el don de la vida».
«Si la Iglesia no viviera de la eucaristía, si la Iglesia no celebrara la eucaristía, si no fundara todo su quehacer en la eucaristía -hago mías las palabras del Papa Francisco- seríamos solamente una ONG, que puede realizar muchas cosas buenas, pero no estaríamos siendo signos portadores del amor de Dios a los hombres, especialmente a aquellos que más lo necesitan», dijo.
Más adelante y haciendo mención a la exhortación apostólica del Papa Emérito Benedicto XVI sobre el misterio de la eucaristía, el prelado manifestó que «cuando participamos de la vida de Jesús y nos hacemos parte de su misterio estamos llamados a vivir la coherencia eucarística. Entonces, sería una mentira si participando todos los domingos en la eucaristía construyéramos nuestra vida en el egoísmo, en el egocentrismo».
Al finalizar su intervención recalcó que los cristianos no podemos vivir sin el misterio de la eucaristía: «como los mártires de los primeros tiempos, sin eucaristía no podemos ser tampoco testigos de que el amor de Dios se difunda alrededor nuestro. A nosotros nos toca ahora construir una sociedad marcada por el don y la coherencia de la eucaristía».
Multitudinaria y colorida procesión
Tras el oficio religioso, las campanas del templo anunciaban el inicio de la procesión de Cristo Sacramentado. Con cantos, oraciones y pétalos al aire, los peregrinos acompañaron con fervor cada etapa del trayecto, que en esta oportunidad, conectó las llamadas «Iglesias fundadoras» del caso histórico de Santiago.
Como un gesto de reconocimiento a su labor de promotoras de la fe hacia el resto de la arquidiócesis, el trazado contempló el paso por los templos San Francisco, San Agustín, La Basílica de la Merced y Santo Domingo, en donde representantes de cada congregación animaron a los feligreses con signos y reflexiones.
El tramo final del camino fue adornado por cientos de pétalos de flores y tierra teñida de colores que durante toda la mañana habían preparado jóvenes de 25 colegios del arzobispado. Ya en la Catedral Metropolitana, monseñor Ezzati bendijo a la ciudad con el cuerpo Sacramentado del Señor en sus manos. «Esta manifestación de fe nos alienta a experimentar que Jesús está presente como salvador en medio de nuestra historia», expresó.
La celebración de Corpus Christi concluyó en el interior del templo Catedral con una solemne y recogida adoración al Santísimo
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