Bogotá (Martes, 18-06-2013, Gaudium Press) «La conciencia es sagrada y hay que respetarla», con estas palabras el Cardenal Rubén Salazar Gómez, Arzobispo de Bogotá y Presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) defendió la objeción de conciencia de jueces y notarios, ante el fallo de la Corte Constitucional del país que les obligará a dichos funcionarios formalizar las uniones entre personas del mismo sexo a través de un contrato solemne; una unión legal que equipararía a la familia y que le da a las uniones homosexuales pleno reconocimiento en el ordenamiento civil colombiano.
Sobre estas cuestiones se refirió el purpurado durante una rueda de prensa celebrada en la mañana de hoy en la sede del Episcopado Colombiano. Leyendo un comunicado el Cardenal recordó que, ante «estas graves ambigüedades éticas y jurídicas», es deber de la Iglesia «manifestar que no existe otra familia que la constituida en su origen por la unión del hombre y de la mujer».
El Cardenal Rubén Salazar minutos antes de responder las preguntas de los medios de comunicación. |
En cuanto a una identificación de las uniones entre personas del mismo sexo con la familia y el matrimonio, el Arzobispo de Bogotá también señaló: «la indebida equiparación de las uniones homosexuales a la familia no sólo contradicen la voluntad del Creador, sino también, en el caso colombiano, la vigente voluntad del Constituyente primario establecida en el artículo 42 de la Carta Magna».
Justamente el mencionado artículo dice: «La familia es el núcleo fundamental de la sociedad. Se constituye por vínculos naturales o jurídicos, por la decisión libre de un hombre y una mujer de contraer matrimonio o por la voluntad responsable de conformarla».
Una afirmación de la Carta Política sobre la cual advirtió el Cardenal Salazar: «La Corte Constitucional, guardiana de la Carta Magna, no puede desbordar en sus decisiones el marco jurídico que la misma Constitución le impone».
Por estos motivos -como continuó el purpurado- «la Iglesia ha sido clara al afirmar que es necesario oponerse de forma categórica a cualquier reconocimiento jurídico de las uniones homosexuales que conduzca a una equiparación con el matrimonio o la familia», e invita a abstenerse ante «cualquier tipo de cooperación formal o material con la promulgación o aplicación de leyes o decisiones judiciales tan gravemente injustas».
Siguiendo con la lectura del comunicado el purpurado también dijo que «la Iglesia afirma que ninguna autoridad del Estado puede obligar a notarios y jueces a formalizar las uniones homosexuales», e invitó al Estado para que, frente al tema de la formalización de las uniones homosexuales, «garantice a los funcionarios públicos el derecho inalienable a la objeción de conciencia».
Finalmente, tras las preguntas de algunos periodistas, el Cardenal Salazar reiteró que el llamado de la Iglesia es el de respetar la norma constitucional del artículo 18 de la Carta Magna, la cual garantiza la libertad de conciencia, y exhorta para que no se obligue a los funcionarios públicos a ir en contra de sus convicciones y creencias.
Gaudium Press / Sonia Trujillo
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