Missouri (Martes, 25-06-2013, Gaudium Press) Tras seis semanas en listas, el álbum de música sacra «Angels And Saints At Ephesus» (Ángeles y Santos en Éfeso) continúa su ascenso en la lista de los más vendidos en Estados Unidos. Según Billboard, la revista especializada en la industria musical norteamericana, las voces de las Benedictinas de María, Reina de los Apóstoles, ocupan el sexto lugar en la categoría de música clásica. Un hecho notable, ya que se trata de la segunda producción de un grupo de religiosas de clausura que no son cantantes profesionales y de quienes sólo su Priora posee formación musical (ver noticia anterior).
En esta lista, las religiosas compiten con los más reconocidos artistas del género clásico, como el cantante italiano Andrea Bocelli y nuevas agrupaciones de tenores y artistas apoyados por elaboradas campañas de mercadeo. En una categoría de nuevos intérpretes que agrupa varios géneros, el álbum de las religiosas llegó hasta el segundo lugar. En la tienda Amazon, la producción es la número 35 en la lista general de los más vendidos, y es la primera en las categorías de música cristiana y música clásica.
Las religiosas Benedictinas de María, Reina de los Apóstoles, del Priorato de Éfeso en Missouri, Estados Unidos. |
Con Dios todo es posible
«Honestamente, no sabía qué esperar», comentó la Madre Cecilia, Priora del Monasterio, sobre el impacto de la producción, «sólo confiar que si Dios deseaba que esta música llegara a una amplia audiencia Él haría que eso sucediera. Y, como sabemos, ¡con Dios todas las cosas son posibles!»
En una entrevista concedida al informativo National Catholic Register, la religiosa explicó las características del trabajo musical y su significado espiritual. «Habíamos aprendido una bella pieza de Victoria, Duo Seraphim, para la investidura de tres de nuestras novicias en el otoño pasado, y la usamos como el punto de inicio», relató la Madre. «Sabíamos que muchas piezas en honor de los ángeles y santos o poemas escritos por los santos mismos habían sido puestos en música», comentó. «Teníamos un gran deseo de rendir tributo a estos sagrados intercesores, que están continuamente orando por nosotros y asistiéndonos en nuestro camino a nuestro verdadero hogar».
Ante la afirmación de muchas personas de que las voces de las religiosas evocan aquellas de los ángeles, la Madre ofreció una respuesta a la cual ya está acostumbrada. «Si eso sucede, ¡es precisamente porque los ángeles se unen a nosotras para ayudarnos!». Esto tiene un firme sustento en las enseñanzas de la Iglesia sobre la liturgia. «Lo que hacemos durante el Oficio Divino es mucho una emulación de lo que los ángeles y santos están haciendo ante el trono de Dios: elevar y ofrecer sus voces en alabanza, adoración y acción de gracias por su bondad y misericordia», explicó la Priora. Es, además, un principio que las religiosas viven más integralmente. «Esto es lo que intentamos hacer, no solo con nuestras voces, sino con la totalidad de nuestras vidas, justo como los ángeles y santos».
Las voces, extensión de corazones unidos a Dios
El hecho de que las voces de las hermanas, quienes no tienen una formación profesional en el canto y quienes viven de forma normal según la regla de su congregación, logren la extraordinaria armonía que las ha hecho famosas es para la Madre Cecilia una consecuencia directa de la vida espiritual: «Si cada una de nosotras le da su corazón por completo al Señor, Él tomará ese ofrecimiento y nos moldeará a todas en un solo corazón, que es el Suyo propio. En verdad, nuestras voces son una extensión de nuestros corazones, y si nuestros corazones están unidos en el de Él, entonces es apenas natural que nuestras voces se combinen y salgan juntas como una sola».
Ese es el entrenamiento de las Benedictinas de María, Reina de los Apóstoles. La vida litúrgica de la comunidad se manifiesta en sus producciones musicales, como un producto espontáneo y natural. «Si nosotras no nos hubiéramos reunido ocho veces al día por muchos años para cantar alabanzas a Dios, no creo que tendríamos la forma de hacer un disco», comentó la Priora.
«Creo con todo mi corazón que la música que escuchamos, especialmente en el contexto de la liturgia, tiene un tremendo impacto sobre si el alma es elevada a las realidades más altas o si se deja en el nivel de los sentidos», comentó la Madre Cecilia, quien encontró la vocación religiosa cuando trabajaba en su carrera profesional como músico de orquesta sinfónica. «Puedo dar testimonio del poder que esa música bella y sagrada tiene sobre el alma. No creo que yo hubiera estado abierta a mi vocación si no se me hubiera presentado el patrimonio sacro y antiguo de la Iglesia».
La evangelización de la belleza
La Priora relató su experiencia al escuchar por primera vez el Miserere de Allegri, varias piezas de Palestrina y el canto gregoriano por primera vez en una Eucaristía, la cual tuvo un «efecto tremendamente poderoso y conmovedor» sobre su vida. «Esta era, me pareció, la música del Cielo», recordó, «y escucharla me hizo desear más el Cielo. Me motivó a hacer todo lo que pudiera hacer en esta corta vida para agradar a Dios para llegar allí, trayendo conmigo tantas almas como fuera posible».
Según su narración, ese hacer todo lo posible incluyó entregar la totalidad de su vida y renunciar a su carrera en la música. «¡Pero Nuestro Señor nunca será superado en generosidad! Aquí, 10 años después, ha provisto esta tremenda oportunidad de compartir nuestra música sacra con un mundo que desesperadamente necesita que se le recuerde la belleza», expresó la Priora. «Porque la belleza, para citar a Dostoyevsky, salvará el mundo».
«Es la belleza la que puede y nos va a inspirar desear y buscar la belleza de Dios, quien es la belleza misma», describió la Madre Cecilia. «Sí, veo claramente su mano amorosa haciendo uso de todas las cosas para compartir esta tremenda realidad con otros».
El álbum «Angels and Saints at Ephesus» puede ser adquirido en la página web de las Benedictinas de María, Reina de los Apóstoles, o en la tienda Amazon.
Con información de National Catholic Register.
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