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Lima (Lunes, 01-06-2009, Gaudium Press) «El Espíritu Santo es el alma que da vida a la Iglesia». Fue con esas palabras que el Cardenal Juan Luis Cipriani, arzobispo de Lima, abrió el domingo pasado su homilía en la misa de Pentecostés en la Basílica Catedral de la capital de Perú.
El Cardenal Cipriani mencionó aún «lo importante que es para un cristiano morir cada día por los pecados personales, caprichos y rebeldías para que el Señor habite en nuestras almas, para ser otro Cristo con nuestras palabras, en el trabajo, en la familia, en los estudios o con la enfermedad».
El Cardenal Cipriani señaló que «el Espíritu Santo está entre nosotros cuando oramos, meditamos, y nos aproximamos en la confesión y comunión».
«El Espíritu Santo nos enseña una manera de vivir que para el cristiano no es de este mundo, aunque viva en el mundo sigue rumbo a la vida eterna, al cielo», dijo el arzobispo de Lima. «Esa voz, consejo y recuerdo es el Espíritu Santo que habla, pero la gran pregunta es: Crees en Él?».
Para el religioso, el Espíritu Santo quiere que despertemos y busquemos la amistad con Él y que recordemos que toda nuestra vida remite a la «presencia de Jesús en la Eucaristía».
Bendición Apostólica
El Cardenal Juan Luis Cipriani comentó que después de participar de la visita «Ad Limina Apostolorum» en Roma, el Papa Benedicto XVI envió su bendición a todos los peruanos.
A parte del arzobispo, la misa fue concelebrada por Monseñor Adriano Tomasi Travaglia, uno de los obispos auxiliares de Lima.
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