Washington (Viernes, 05-07-2013, Gaudium Press) Con una misa en el Santuario de la Inmaculada Concepción en Washington, concluyó ayer la Quincena por la Libertad, evento desarrollado por los obispos de los EE.UU. para promover y defender la libertad religiosa y de culto. Presidida por el Cardenal Arzobispo de Washington, Mons. Donald Wuerl, la misa fue concelebrada por 6 obispos más y 72 sacerdotes, y fue asistida por más de 5000 personas. La homilía estuvo a cargo del Cardenal Wuerl.
«En marzo -dijo el Cardenal- al otro lado de la ciudad, fuimos testigos de un ejemplo de la nueva intolerancia (…). En la Universidad de George Washington se hizo un esfuerzo para silenciar el capellán católico y «bloquear» su ministerio a estudiantes católicos y facultad, simplemente porque enseñó a aquellos venían libremente a misa lo que dijo Jesús acerca del matrimonio».
«La idea de que el pastor de una parroquia hoy o el capellán de una comunidad religiosa o un ministerio universitario de nuestros días simplemente deba ser silenciado porque fielmente anuncia el Evangelio de Jesucristo -que no se deba permitirle establecer un diálogo con la cultura, incluso en un lugar que se dedica a la libertad de expresión y la diversidad de las ideas- puede parecer algo radical hoy en día, pero hay que recordar que siempre han existido aquellos que tratan de imponer sus puntos de vista sobre todos nosotros. Siempre han existido aquellos que quieren cerrar las puertas para que la voz del Evangelio no pueda ser escuchada», dijo el purpurado.
Entretanto, la voz de la Iglesia no puede ser ahogada, entre otras razones por sus profundas raíces en nuestra cultura: «Cuando hablamos de matrimonio, cuando hablamos de la dignidad de la vida humana, cuando enseñamos sobre el orden moral natural, estamos realzando elementos que encontramos profundamente arraigados en la conciencia de la tradición judeo-cristiana. Sólo porque alguien quiere cambiar todo eso hoy no significa que el resto de nosotros ya no tiene un lugar en esta sociedad».
El Cardenal Arzobispo de Washington recordó las palabras dirigidas a obispos americanos por Benedicto XVI en enero del 2012, en las que describía el gran desafío que suponía para la Iglesia y el mundo el radical secularismo contemporáneo, un secularismo que encuentra «una creciente expresión en las esferas política y cultural». Benedicto XVI resaltó «algunos intentos que se realizan para limitar la más querida de las libertades americanas, la libertad de religión… La gravedad de estas amenazas debe ser claramente apreciada en todos los niveles de la vida eclesial».
«La respuesta del Santo Padre a este ‘secularismo radical’ y ‘negación de derechos’ es, como él mismo explicó, ‘un laicado católico comprometido, articulado y bien formado, dotado de un fuerte sentido crítico con relación a la cultura dominante y con el valor para contrarrestar un laicismo reductivo’. ¡Y aquí están ustedes!», exclamó el Cardenal Wuerl.
«Vuestra fe es un remedio para los males que aquejan a nuestra sociedad. La misión de todos nosotros, pero especialmente de los laicos es involucrar a la cultura con la Buena Nueva que sólo viene de Jesucristo», expresó.
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