Washington (Martes, 09-07-2013, Gaudium Press) En el marco del ‘Affordable Care Act’ (Ley de Cuidado de Salud Asequible) el gobierno americano está implementando lo que se ha dado en llamar el «mandato contraceptivo», es decir requerimientos a los empleadores para que ofrezcan a sus empleados en los planes de salud cubrimiento de esterilización, contracepción y ofrecimiento de fármacos que pueden causar abortos, lo que está en contra de la doctrina católica.
Este mandato ha sido objeto de más de 200 demandas, de personas e instituciones que afirman que el mismo viola su libertad religiosa, y sus más profundas convicciones religiosas.
Ante la reacción suscitada por diversas instituciones, entre ellas la Iglesia, el gobierno americano ha modificado la reglamentación introduciendo algunas excepciones. «Iglesias, sus auxiliares integrados, convenios y asociaciones de iglesias, así como las exclusivas actividades religiosas de cualquier orden religiosa», están exceptuadas del ‘mandato contraceptivo’.
Sin embargo, grupos basados en la fe que no están afiliados a una organización específica de culto, como muchos hospitales religiosos, escuelas y organizaciones de caridad, no están cubiertos por la exención. Para este tipo de grupos, el gobierno Obama ha ofrecido un tipo de «acomodación».
Esa acomodación permite que sean los emisores de seguros los que «provean pagos para servicios contraceptivos» directamente a las mujeres que trabajan para empleadores objetantes, y no estos. Si un empleador objetante es auto-asegurado, un tercero administrador haría las veces de asegurador para proporcionar los contraceptivos a los empleados.
Entretanto, el Cardenal Dolan dijo que aún sigue siendo «poco claro si la propuesta consigue identificar una fuente de fondos que sea realmente independiente del empleador objetante, y siendo así, si es factible sacar [fondos] de esa fuente separada». Es decir, no es enteramente claro que el dinero de los empleadores católicos no se usará para financiar el mandato contraceptivo.
Igualmente el Cardenal Dolan le preocupa altamente el intento de la administración Obama de crear diferentes categorías de libertad religiosa, distinguiendo entre aquellos empleadores que reciben una excepción completa, aquellos que reciben solo una acomodación y aquellos que llevan adelante un negocio con lucro y que no reciben ningún tipo de protección en sus objeciones al mandato contraceptivo.
El purpurado, que es presidente de la Conferencia Episcopal Americana, dijo que los obispos «están preocupados como pastores con la libertad de la Iglesia en su conjunto -no solo para toda la gama de sus formas institucionales, sino también para los fieles en su vida diaria- de manera a desarrollar la misión y el ministerio de Jesucristo».
Esto ha llevado a decir al Cardenal, en declaración del pasado 3 de julio, que la Conferencia de obispos americanos «no ha descubierto ningún cambio [en el mandato contraceptivo] que elimine la necesidad de continuar defendiendo nuestros derechos en el Congreso y en las cortes».
Con información del National Catholic Register
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