Menú 
San José (Martes, 09-07-2013, Gaudium Press) Era un día de mayo de 2011 cuando Floribeth escuchó la voz del Beato Juan Pablo II, que le decía «¡Levántate… no tengas miedo!». Ese «levántate» no era solo un levantarse físico sino también moral: El aneurisma cerebral que le había sido diagnosticado a la costarricense Floribeth Mora Díaz la dejaba al borde de la muerte, según le decía su médico, y la tenía comprensiblemente apesadumbrada. Ella vivía en una población de la provincia de Cartago.
 |
|
Estatua de Juan Pablo II, en México |
«Fue muy triste», dijo Mora, «ver a mis hijos que me miran, de pie junto a mi cama, ver a mi marido haciéndose el fuerte». Ella estaba con bastante temor, «pero siempre mantuve mi fe. Siempre he sido una firme creyente. Yo tengo un profundo amor de Dios», expresa.
La familia de Floribeth había construido un altar al Beato Juan Pablo II y a ella le habían regalado una revista que tenía la foto del Papa polaco en la portada. Ese día de mayo, mientras fijaba sus ojos en la fotografía, escuchó la voz del Pontífice. «Estaba sorprendida. Me mantuve mirando la fotografía».
Se levantó de la cama, lo que motivó que su marido le preguntara: «Mi amor, ¿qué estás haciendo aquí?». Ella respondió «me siento mejor». Esto lo relató con los ojos bañados en lágrimas, mientras sostenía la revista con la foto del Papa, en una conferencia de prensa el pasado 5 de julio. El mismo día en que el Vaticano anunciaba la aprobación del milagro para la canonización de Juan Pablo II.
Alejandro Vargas, su médico, reafirmó que no existe explicación médica a su mejora. «Eso me sorprendió… Yo dije, ‘Es realmente un milagro porque no lo puedo explicar’ «, declaró.
Con información de Catholic News Services
Deje su Comentario