Ciudad del Vaticano (Miércoles, 17-07-2013, Gaudium Press) Pequeños gestos pueden transformarse en grandes hechos. El ejemplo de Su Santidad el Papa Francisco al responder la carta de una niña de apenas tres años de edad puede ser considerado un acto de amor al prójimo, especialmente, a los niños, de la misma forma que está escrito en el pasaje bíblico de San Mateo, cuando Jesús habla a sus discípulos: «Dejad que los niños vengan a mí y no se lo impidáis, pues de ellos es el reino de los cielos» (Mt 19, 13-15).
Alice Maria Rocca conoció al Santo Padre hace un mes, durante peregrinación de su familia a Roma. Al final de la santa misa celebrada el día 3 de junio, con ocasión del cincuentenario del fallecimiento del Beato Papa Juan XXIII, el Papa Francisco saludó a los fieles que estaban presentes en la Plaza San Pedro besando y bendiciendo a los niños.
En el encuentro con el Papa, la pequeña entregó a él una carta «escrita» con la ayuda de su madre. En el mensaje, Alice pedía bendiciones para ella, su familia y sus amigos de la escuela.
Después de algunos días, una sorpresa: La familia Rocca recibió un sobre con el timbre de la Secretaría de Estado del Vaticano que contenía la respuesta del Santo Padre:
«El Santo Padre agradece por su delicado recuerdo y pide la intercesión celeste del beato Juan XXIII para que usted pueda crecer serena y feliz en la amistad con Jesús. Él también pide que usted rece por él, que concede de corazón a usted la Bendición Apostólica, así como a sus padres, a su madre y a todos sus seres queridos, con un saludo especial a los amigos y los profesores de su escuelita».
La madre de Alice parecía no creer la carta recibida del Papa: «Fue una sorpresa. Entre las centenas de millares de cartas que llegan de todo el mundo para el papa, él respondió justamente la nuestra», resaltó. (LMI)
Con informaciones Zenit.org
Deje su Comentario