San Pablo (Miércoles, 24-07-2013, Gaudium Press) Durante la pre-Jornada Mundial de la Juventud, el Arzobispo de Madrid, Cardenal Antonio María Rouco Varela, visitó el Seminario Menor de los Heraldos del Evangelio, en Caieiras, San Pablo. Junto a él, vinieron peregrinos españoles, que participan de la JMJ en Río de Janeiro.
Cardenal Rouco Varela, Arzobispo de Madrid, durante Misa en la Basílica de los Heraldos del Evangelio | Foto: G. Kralj |
Durante la visita al Seminario, el Cardenal Rouco Varela concedió una entrevista a Gaudium Press. Contó cómo habían sido los preparativos hechos para la JMJ del año 2011, en Madrid, y los resultados obtenidos junto a la juventud española.
El purpurado afirmó que la JMJ Madrid 2011 fue «fruto de una preparación muy pensada y vivida, desde el punto de vista de los aspectos espirituales», que sirvieron como preparación para la celebración del evento. También las comunidades de vida contemplativa de la Arquidiócesis de Madrid contribuyeron fuertemente en la acogida de los jóvenes peregrinos.
«La oración cultivada y organizada desde el principio del anuncio, por parte del Papa Benedicto XVI, en Sídney, que oficializó la siguiente Jornada en Madrid, creó un clima muy eficaz, muy fecundo, que nos permitió prepararla bien para nuestros jóvenes», dijo Mons. Varela.
El Cardenal destacó la preparación externa, que según él, «fue meticulosa y ordenada» -no limitándose a los ámbitos propios de la vida de la Iglesia-. En esta preparación ‘externa’ se destacó la peregrinación de la Cruz y el Ícono de Nuestra Señora -que fueron regalos del Papa Juan Pablo II a los jóvenes-, símbolos que recorrieron las parroquias madrileñas y de muchos lugares de España.
Esta peregrinación «fue un elemento que dinamizó a los jóvenes desde el punto de vista misionero, apostólico y evangelizador, pues tuvieron que salir a las calles de Madrid, dar testimonios y participar de vías sacras como peregrinos, yendo de una iglesia a otra», narró el Cardenal.
La colaboración de las parroquias madrileñas, junto a su pueblo, fue esencial para proporcionar una Jornada de grandes desafíos para la juventud mundial. Los equipos de voluntarios, preparados para acoger a los jóvenes extranjeros, también tuvieron su parte de contribución para la realización del evento que acogió al Papa Emérito Benedicto XVI:
«Creo yo, que por la gracia de Dios, evidentemente, a través de una cierta fe acogida, tuvimos días repletos de mucha gracia de parte del Señor. El Papa Benedicto XVI había dicho que la realización de la JMJ era como una cascada de luz y agregó que el hecho repercutió como una nueva forma de Evangelización en acto. Si quieres saber cómo evangelizar a los jóvenes, basta tener como ejemplo la Jornada en Madrid», enalteció.
La Jornada Mundial en Madrid ayudó en la revitalización de algunos lugares situados en la ciudad española. El Cardenal Rouco Varela resaltó uno de los eventos que contribuyeron para la renovación de Madrid, que fue la Fiesta del Perdón:
«Creo que la Fiesta del Perdón ayudó mucho y tuvo una fuerza expresiva, enorme, que llegaba a toda España, pues nos ayudó a confirmar el camino de la recuperación del sacramento de la penitencia, que ya se había iniciado».
La musicalidad vinculada a la Liturgia de la Palabra también contribuyó a la adhesión de los jóvenes a la Iglesia. Según el Cardenal, el evento de la Fiesta del Perdón impulsó a la juventud a «vivir la liturgia de una manera que correspondiese con la profundidad espiritual, con la verdad y los misterios de la vida del Señor, que exige un culto a Él, nuestro Creador y Salvador. Una bellísima liturgia, desde el punto de vista de la expresión externa del cumplimiento de las normas litúrgicas, por medio de una enorme vivencia en el Evangelio».
Un momento considerado como «una gran fuerza orante y espiritualmente expresiva» fue descrito por el Cardenal Rouco. Durante la JMJ en Madrid, una fuerte tempestad alcanzó la región donde estaba el Papa Benedicto XVI con los jóvenes. Entretanto, y por más fuerte que el viento soplara, no distraía de manera ninguna la concentración del Santo Padre.
Después de la lluvia, hubo la Adoración al Santísimo Sacramento, y más de 2 millones de jóvenes se reunieron para un momento de devoción y fe.
«Creo que eso fue un fruto de la buena experiencia del sacramento de la penitencia. Los jóvenes dieron un ejemplo de una nueva humanidad a través de la vivencia profundizada en la presencia de Dios. Ellos mostraron cómo la sociedad puede vivir en comunidad» elogió el Arzobispo.
El Cardenal Rouco Varela no dejó de mencionar la participación de los jóvenes europeos en el evento que recibe al Papa Francisco, y dijo que éste es el momento donde ellos podrán abrir «este horizonte misionero, de una forma más real», fortaleciendo el espíritu de renovación y vocación que el Pontífice viene a traer al mundo.
Finalizando la entrevista, el Cardenal Rouco Varela espera que la JMJ, que será realizada en Río de Janeiro, pueda ser tan provechosa cuanto fue en Madrid:
«Vamos a pedir al Señor que acompañe al Brasil en la Jornada Mundial de la Juventud, en la visita del Papa Francisco a Río de Janeiro y sobre todo, al Santuario de Aparecida. Espero que los jóvenes, que representan el futuro de una ciudad, no caigan en tentación», concluyó. (LMI)
Gaudium Press / Emílio Coutinho – Leandro Massoni Ilhéu
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