Río de Janeiro (Sábado, 27-07-2013, Gaudium Press) Después de la presentación de la Vía Sacra, tercer acto central de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), el Papa Francisco hizo un discurso en el cual trató sobre la Cruz de Nuestro Señor Jesucristo.
«Vinimos hoy a acompañar a Jesús en su camino de dolor y de amor, el camino de la Cruz, que es uno de los momentos fuertes de la Jornada Mundial de la Juventud», afirmó.
El Pontífice manifestó el deseo de que tres preguntas resonasen en los corazones de los jóvenes: «¿Qué ustedes habrán dejado en la Cruz, queridos jóvenes brasileños, en estos dos años en que ella atravesó su inmenso País? ¿Y qué habrá dejado la Cruz de Jesús en cada uno de ustedes? Y, finalmente, ¿qué esta Cruz enseña para nuestra vida?».
Según el Santo Padre, a través de la Cruz Nuestro Señor Jesucristo se une al silencio de las víctimas de la violencia, a las familias que pasan por dificultades, a todas las personas que pasan hambre, a quien es perseguido y a los jóvenes que perdieron la confianza en las instituciones políticas, en la religión y hasta incluso en Dios.
«En la Cruz de Cristo, está el sufrimiento, el pecado del hombre, nuestro también, y Él acoge todo con sus brazos abiertos, carga en sus espaldas nuestras cruces y nos dice: ¡Coraje! ¡Usted no está solo para llevarla! Yo la llevo con usted. Yo vencí la muerte y vine para darle esperanza, darle vida (cf. Jn 3,16)».
A los que vinieron y tocaron la Cruz de Nuestro Señor, Él dejó «un bien que nadie más puede darnos: la certeza del amor inamovible de Dios por nosotros».
Recordando la historia de Brasil, que recibió como primer nombre «Tierra de la Santa Cruz», él declaró: «La Cruz de Cristo fue plantada no solo en la playa, hace más de cinco siglos, sino también en la historia, el corazón y la vida del pueblo brasileño y no solo: el Cristo sufridor, lo sentimos próximo, como uno de nosotros que comparte nuestro camino hasta el final. No hay cruz, pequeña o grande, en nuestra vida, que el Señor no venga a compartir con nosotros».
Gaudium Press / Emílio Portugal, desde Río
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