Beirut (Sábado, 27-07-2013, Gaudium Press) El diálogo espiritual entre la fe católica y los no cristianos en Oriente Medio parece tener muchos más resultados que el diálogo cultural, social y político entre las comunidades. Esta es la conclusión del sacerdote misionero Samir Khalil Samir, quien explicó en un artículo especial para la agencia Asia News la extensa devoción a la Santísima Virgen María que se atestigua en países musulmanes, especialmente entre las mujeres. Según explicó el sacerdote, millones de musulmanes visitan anualmente los principales Santuarios Marianos de la región.
La Santísima Virgen despierta una natural devoción popular en millones de musulmanes, especialmente entre las mujeres. Foto: Asia News. |
Mientras los países de Occidente registran un alejamiento generalizado de la religión, en las demás regiones del mundo la espiritualidad de los pueblos es notable y la atracción que la fe católica ejerce sobre numerosas comunidades no cristianas resulta sorprendente para los foráneos. El P. Samir explica que su experiencia en varios países de Medio Oriente muestra que la piedad popular es un punto de encuentro poco conocido y que encuentra en la devoción a la Santísima Virgen, la intercesión de los Santos y los exorcismos grandes atractivos para los musulmanes.
Santuarios Marianos en Oriente Medio
Egipto posee varios Santuarios dedicados a la Santísima Virgen y la fiesta de la Dormición (La Asunción de la Santísima Virgen) es muy importante para los fieles del país. Ese día, celebrado el 21 o el 22 de agosto, millones de personas visitan los Santuarios, y entre ellos asisten cientos de miles de musulmanes, especialmente mujeres. En Jabal al Tair, a 200 kilómetros de El Cairo, la fiesta es también la ocasión de numerosos bautismos de niños e incluso se construyó una especie de bautisterio especial, debido a la gran demanda del sacramento por parte de familias musulmanas.
Otro Santuario Mariano al cual acuden numerosos no cristianos es el de Deir Dronka, donde se conserva una cueva en la cual según la tradición la Sagrada Familia pasó una noche durante su huida a Egipto.En el lugar se reportaron varias apariciones de la Santísima Virgen al final del siglo XX, por lo cual el lugar es otro lugar de gran afluencia de peregrinos y donde se celebran numerosos bautismos, al punto de tener un monje «especializado» en Bautismos, según el rito copto.
Este entusiasmo también se registraba en Damasco, Siria, donde el icono de Nuestra Señora de Soufanieh atraía multitudes de no cristianos, y lleva a musulmanes a visitar incluso el Santuario de Nuestra Señora de Fátima, en Portugal. En Harissa, Líbano, donde el Santuario Mariano corona la montaña que domina el paisaje, las mujeres musulmanas provenientes de Irán se hicieron tan frecuentes que el rector dispuso una capilla especial para ellas donde las oraciones y títulos están escritos en lengua persa para facilitar su devoción y es frecuente que las familias musulmanas locales se acerquen al templo a ver la liturgia católica durante toda la Eucaristía.
En Marruecos, el P. Samir encontró mujeres que practicaban durante la gestación el «ayuno de Nuestra Señora», siguiendo una tradición inspirada en el Corán, que menciona a la Santísima Virgen y le atribuye títulos que no se dan a ninguna otra mujer. Una tradición popular musulmana asegura que cada bebé, al nacer, es tocado por el demonio y que la única excepción a esta «regla» fueron María y su Hijo, una tradición que recuerda notablemente el dogma de la Inmaculada Concepción. La narración de la Anunciación en el Corán guarda grandes similitudes con el Evangelio y el pueblo musulmán demuestra estar muy abierto a las expresiones de devoción a la Santísima Virgen.
La veneración popular a los Santos
Otro de los aspectos que atrae un gran número de no cristianos a los templos católicos es la búsqueda de la intercesión de los Santos. La piedad popular cristiana contagia a numerosas personas que veneran a San Jorge en Egipto o visitan el Santuario de San Charbel Makhlouf en Líbano. Los copiosos testimonios de curaciones y favores concedidos a través de su intercesión motivan las peregrinaciones, que son rechazadas por los fundamentalistas.
Para los fundamentalistas islámicos, la única peregrinación reconocida es la realizada a La Meca, y consideran las formas de la piedad popular a la Santísima Virgen o los Santos como una forma de idolatría. En este punto, el P. Samir comparó esta actitud con la de las herejías cristianas que también menosprecian o condenan dichas prácticas. Según el sacerdote, la gente en realidad valora la presencia de Dios a través de las experiencias de fe y muchos de ellos no tienen reparo en que la fuente de dichas manifestaciones sea cristiana.
Exorcismo y Evangelización
Un capítulo tal vez inesperado en el panorama descrito por el misionero es el importante papel de los exorcismos católicos para los pueblos musulmanes. El temor al demonio es un elemento presente en la fe de la gente y los casos de posesión son frecuentemente llevados a los sacerdotes y religiosos católicos. El propio P. Samir relató que durante sus estudios en El Cairo, Egipto, un portero musulmán lo detuvo para pedirle el favor de que asistiera a su hija, quien al parecer sufría una posesión. «La llevé a nuestros imanes y no pudieron hacer nada. Ellos mismos me dijeron que el único que puede liberarla es un monje», le relató.
Por su inexperiencia, el P. Samir prometió simplemente orar por la joven, lo cual decepcionó visiblemente al hombre. Al contar la experiencia a sus hermanos religiosos, el sacerdote fue criticado por esta actitud, ya que las personas esperan de los sacerdotes la realización del Ritual de Exorcismo, y es una práctica común que las familias acudan a los monjes y sacerdotes con este fin. De igual manera, los musulmanes piden ayuda a los religiosos para obtener de Dios la curación de las enfermedades y otros favores sobrenaturales. «Estos dones se distribuyen únicamente en los entornos cristianos», explicó el P. Samir, «pero son certificados, verificados por no cristianos».
La devoción mariana como verdadero diálogo
Tres años atrás, el Parlamento de Líbano estableció una fiesta nacional y escogió para realizarla el día de la fiesta de la Anunciación de la Santísima Virgen, en una decisión respaldada por cristianos y musulmanes. Esta experiencia fue para el P. Samir un ejemplo de cómo la piedad puede llegar directamente al corazón de los pueblos y superar las barreras que los separan. Según el sacerdote, la religión católica permite expresiones de fe mucho más íntimas y espontáneas que los estrictos ritos musulmanes y el sentido de la espiritualidad, mística y belleza de la tradición católica atrae con fuerza a los no creyentes.
El P. Samir explicó que en su trato con los musulmanes nota una gran diferencia una vez menciona a la Santísima Virgen. «Hay un cambio notable en la actitud: existe una atmósfera de piedad, de silencio, de hermandad, como si, después de conversar de muchas cosas, uno entrara a un lugar de culto, donde hay silencio». Según el sacerdote, la devoción mariana está naturalmente abierta a todas las personas. «Incluso en Occidente, los Santuarios Marianos no sólo atraen a los cristianos, sino también a otros creyentes, o gente que ha dejado la Iglesia, o incluso personas que no creen. Incluso cuando la liturgia es claramente cristiana».
Para el misionero, encontrar a un musulmán orando en un templo dedicado a la Santísima Virgen es motivo de un gran alivio porque «la devoción es un fundamento mucho más fuerte para una relación y una amistad que los vínculos ideológicos, políticos o culturales». El fenómeno de la piedad popular produce espontáneamente grandes frutos en el difícil camino de la vivencia de la fe cristiana en la región.
Con información de Asia News.
Deje su Comentario