Santiago (Lunes, 29-07-2013, GaudiumPress) Cientos de fieles repletaron el pasado jueves 25 de julio la Catedral Metropolitana para ser partícipes de la Solemnidad de Santiago Apóstol, patrono de la arquidiócesis y de la ciudad, celebración con que la Iglesia capitalina agradeció a Dios sus 452 años de vida.
La Santa Misa fue presidida por el Arzobispo de Santiago, monseñor Ricardo Ezzati y concelebrada por el Obispo Auxiliar, monseñor Pedro Ossandón; el Canciller, presbítero Oscar Muñoz Toledo; el Vicario General de Pastoral, monseñor Héctor Gallardo y el Nuncio Apostólico de S.S. en Chile, monseñor Ivo Scapolo.
En su homilía, el Pastor recordó la vida de profunda fe del Apóstol Santiago. «Jesús irrumpe en la vida de Santiago con un llamado que pide un cambio total de perspectivas, que implica una total y progresiva conversión a los criterios del maestro y la adhesión a una fecundidad que escapaba totalmente a sus cálculos humanos», dijo.
Y agregó: «No será el poder, sino el servicio; no será ocupar los primeros lugares, sino hacerse servidores de los últimos, a ejemplo del maestro que no sabe dónde reclinar la cabeza, que ha venido para servir, no para ser servido».
Ser testigos creíbles de la presencia de Dios
Más adelante en su mensaje, monseñor Ezzati reconoció algunas tareas pendientes cuya superación es un imperativo que exhorta a todos los fieles de Santiago, especialmente la violencia, la mala calidad de vida, el empleo mal pagado, la discriminación a los migrantes, el flagelo de la droga y el deficiente sistema carcelario.
«Son las periferias ambientales y culturales de Santiago, a las cuales estamos llamados a servir, haciendo nuestra la opción de Jesús por los pobres y la invitación del Papa Francisco», agregó.
En este sentido, el prelado señaló a los asistentes que es «deber nuestro es ser testigos creíbles de su presencia con la proclamación de la palabra, la comunión fraterna, la celebración de su misterio y el servicio a los más pobres y desposeídos», ya que «Dios vive en la ciudad de Santiago».
«Con confianza hemos pedido al Padre, que consagró las primicias de la predicación apostólica con el martirio del Apóstol Santiago, que fortalezca a nuestra Iglesia con testimonio de su sangre y la proteja siempre con su intercesión», dijo el obispo al concluir su alocución.
La Cruz del Apóstol
Al igual que todos los años y como un signo de gratitud y en atención al sobresaliente testimonio de amor a Jesucristo y a su Iglesia, por los valiosos servicios prestados en diversos campos, como la evangelización, la pastoral, la promoción humana, la educación católica y en la caridad, fue concedida la Cruz del Apóstol Santiago a las siguientes personas:
Sr. Miguel Luis Amunátegüi, Sra. Skadi Anker, Sra. Carmen Gloria Del Pino, Pbro. Alfonso Baeza, P. Patrick Egan, Srta. Bernardita Farías, R.P. José Luis Fernández, Sra. Isaura Galdames, Pbro. Alejandro Hermida, Sra. Teresa Mardones, Srta. María Gabriela Murphy, D.P. Sergio Pericó, Sr. Sergio Puyol, Pbro. Carlos Risopatrón, Pbro. Jesús Rodríguez, Matrimonio Sr. Carlos Tupper y Sra. Carmen Altamirano, Pbro. Mario Veloso, Sr. Alipio Vera y Hna. Rosa Villanueva.
«A cada uno de ustedes, el reconocimiento de la Iglesia de Santiago, por su testimonio de vida cristiana, respuesta a muchos problemas existenciales que se presentan en la vida», manifestó el arzobispo.
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