Santiago (Martes, 30-07-2013, Gaudium Press) Mientras se desarrollaba el rito eucarístico con que la Iglesia capitalina celebraba la Solemnidad de Santiago Apóstol, patrono de la arquidiócesis y de la ciudad de Santiago, un grupo de manifestantes pro aborto interrumpió el acto religioso gritando consignas contra la vida, ofensas y atentando contra el mobiliario de la Catedral Metropolitana.
Mons. Ezzati en rueda de prensa |
Con agresividad los fanáticos profanaron el lugar sagrado rompiendo centenarias obras de arte, derramando pintura sobre las imágenes y rayando las murallas del principal templo católico del país y monumento nacional de Chile. El oficio religioso pudo continuar con normalidad gracias a la acción de fieles que hicieron frente a la situación logrando expulsar a los intolerantes.
El hecho generó una condena social inmediata y un repudio absoluto por lo ocurrido. El propio presidente chileno Sebastián Piñera condenó el virulento ataque y anunció la interposición de querellas a fin de «poder sancionar a los responsables de este cobarde atentado contra la Iglesia Católica».
«Hablé esta mañana con el Arzobispo de Santiago para expresarle nuestra total solidaridad y ratificar el compromiso de este gobierno con la libertad religiosa, con la libertad de culto y también con la protección de la vida del que está por nacer», dijo. Y agregó: «Quisiera expresar nuestro más absoluto repudio y rechazo a este tipos de actos, porque al fin y al cabo significan no respetar el derecho de los demás».
Por su parte, la alcaldesa de Santiago, Carolina Tohá, expresó a medios de prensa nacionales que pese a que no es «una persona creyente», ella sintió que «las personas que estaban en la Iglesia en ese momento estaban siendo agredidas de una forma gratuita que no es aceptable».
Arzobispo de Santiago decretó el cierre de la Catedral hasta el 31 de julio
Tras lo ocurrido, el Arzobispo de Santiago, monseñor Ricardo Ezzati convocó a una conferencia de prensa en la que hizo pública una declaración manifestando su profundo dolor por el agravio sufrido, invitando a los fieles católicos a orar por quienes ofendieron a Dios de esta forma y decretando el cierre de la Catedral hasta el próximo miércoles 31 de julio a fin de restaurar los daños realizados.
«La intolerancia de los fanáticos y su violenta irracionalidad ha sido una grave ofensa a Dios y a toda la comunidad de los creyentes en Cristo, ha dejado huellas dolorosas en agresiones y maltrato a varias personas y en la destrucción y daño al patrimonio artístico religioso del principal templo del país», dijo en su declaración.
Y añadió el prelado: «Recuerdo que impedir la celebración de la Santa Misa y profanar un lugar sagrado son hechos que revisten una especial gravedad, por la intolerancia que suponen y por el agravio a la libertad religiosa y de culto. Esta garantía, derecho fundamental de toda persona humana, está reconocida tanto en nuestra Constitución Política como en todos los instrumentos internacionales ratificados por nuestro país».
Frente a lo ocurrido, monseñor Ezzati hizo un llamado a los creyentes convocándolos a una misa de desagravio a realizarse el día miércoles a las 12:30 hrs., oportunidad en la que se orará «por la cordura y la paz de todos los chilenos y, de manera especial, para que se destierre de entre nosotros toda intolerancia, odio y violencia».
Deje su Comentario