Episcopado de los Estados Unidos promueve campaña para apoyar la Iglesia en África

El Fondo de Solidaridad para la Iglesia en África nació en respuesta a la Exhortación Apostólica Postsinodal ‘Eclessia un Africa’ de Juan Pablo II / Foto: Gustavo Kralj – Gaudium Press.

Washington (Miércoles, 31-07-2013, Gaudium Press) África es uno de los continentes con mayores dificultades -extrema pobreza, epidemias, una enorme deuda e inestabilidad política-, y, por ello, uno de los mayores epicentros para la misión de la Iglesia Católica, que en los últimos 30 años ha visto triplicado su labor pastoral y, por consiguiente, sus necesidades.

Con el propósito de apoyar la actividad pastoral que desarrolla la Iglesia Católica en África, la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB) se encuentra promoviendo entre los fieles una campaña para apoyar el Fondo de Solidaridad para la Iglesia en África.

Este fondo, como explica la USCCB en información sobre la iniciativa, ofrece financiamiento a proyectos pastorales que se estén desarrollando en el continente africano, como escuelas, campañas de evangelización, formación permanente del clero y de los ministros laicos, entre otros.

«Gracias a todos los que generosamente han contribuido al Fondo de Solidaridad para la Iglesia en África. Su apoyo hace una diferencia real en la vida de fe de las personas en África. Los llamamos para que sigan orando por nuestros hermanos y hermanas africanos», es la invitación de la USCCB.

Llamado a la Solidaridad con África

Este Fondo de Solidaridad nació bajo los principios de la Exhortación Apostólica Postsinodal ‘Eclessia in Africa’ del Papa Juan Pablo II, quien precisamente se refirió sobre la solidaridad universal de la Iglesia:

«El Sínodo, como Asamblea de Obispos de la Iglesia universal presidida por el Sucesor de Pedro, ha sido una ocasión providencial para valorar de manera positiva el puesto y el papel de África en el contexto de la Iglesia universal y de la comunidad mundial. Al ser cada vez más interdependiente el mundo en que vivimos, los destinos y problemas de las diversas regiones están relacionados entre sí. La Iglesia, como familia de Dios en la tierra, debe ser signo vivo e instrumento eficaz de solidaridad universal, para la edificación de una comunidad de justicia y de paz, de dimensiones planetarias. Solamente surgirá un mundo mejor si se construye sobre sólidos fundamentos de sanos principios éticos y espirituales».

Igualmente, el Fondo es una respuesta de la Iglesia en los Estados Unidos a la declaración de la USCCB ‘Un llamado a la Solidaridad con África’ del 2001.

«Los críticos desafíos y los enormes potenciales que enfrenta África sirven de oportunidad para la mutua solidaridad. La respuesta a esta vocación de solidaridad con la Iglesia y las personas en África nos permite expresar amor ‘de hecho y en verdad’, un amor que no tiene fronteras y no tiene límites», dice la declaración.