Manila (Viernes, 09-08-2013, Gaudium Press) Mons. Bernardino Cortez, Obispo Auxiliar de Manila, Filipinas, invitó a los laicos a aplicar en su vida el profundo significado de la Consagración de Filipinas al Inmaculado Corazón de María realizada el pasado 08 de junio. En una conferencia impartida el primer sábado de agosto, el prelado explicó que los devotos de la Santísima Virgen deben seguirla en su camino de santidad. «El desafío es vivir como Ella vivió e ir a donde Ella ha ido», comentó, fijando la meta del cristiano en la perfecta unión con Dios en la eternidad.
Mons. Bernardino Cortez invitó a los fieles a aplicar en su vida los frutos de la Consagración de Filipinas como «Pueblo amante de María». Foto: CBCP News. |
Monseñor Cortez expuso que el llamado de los fieles es la imitación de las actitudes de la Santísima Virgen María. «Ella es nuestro modelo, no sólo en el exterior, sino a través de la vida interior que Ella vivió», afirmó. «¿Qué es lo que tiene la vida de María que la hizo escuchar la palabra de Dio y actuar sobre ella?», preguntó el Obispo. «¿Cuál es su disposición interior y la actitud que la movió a la caridad y el espíritu de servicio?¿Que la llevó a ser la primera y más perfecta discípula de Cristo?».
Escucha y oración
Para retratar las actitudes de Nuestra Señora, el prelado recordó la Carta Apostólica Marialis Cultus, de Su Santidad Pablo VI. De ella extractó cuatro expresiones que iluminan a los laicos en su imitación de la Santísima Virgen: Virgo audiens (Virgen que escucha), Virgo orans (Virgen que ora), Virgo parens (Virgen madre), and virgo offerens (Virgen que ofrece). Mons. Cortez ahondó a continuación sobre estas disposiciones de la Madre de Dios.
Sobre la capacidad de escucha de María, el Obispo destacó su silencio, «Hay muchos ruidos en torno nuestro. De hecho no sólo alrededor sino dentro de nosotros», comentó. «Para escucha, uno debe estar en silencio, ya que de esta forma somos capaces de oírnos a nosotros mismos, a otros, e incluso la voz de Dios y de nuestra conciencia» explicó Mons. Cortez, quien fue más allá. «La verdadera escucha, como lo muestra el ejemplo de nuestra Santísima Madre, no es sólo oír con nuestro oído y nuestra mente. Es algo que debe hacerse con el corazón».
De la escucha de la Virgen María, el prelado pasó a su capacidad de orar, y explicó que los seres humanos debemos ser conscientes de nuestra propia limitación y necesidad de Dios. «Somos individuos dependientes. Nuestra vida no está en nuestras propias manos, por lo cual debemos ser humildes», agregó. «Si escuchamos la voz de Dios, nos movemos a doblar nuestras rodillas en adoración y acción de gracias», explicó el Obispo.
Maternidad y ofrecimiento
La maternidad de la Santísima Virgen que se extendió espiritualmente a todos los hijos de Dios es también una cualidad que debe ser imitada por sus fieles. Según predicó Mons. Cortez, Ella nunca deja de expresar su amor y solicitud por cada uno de sus hijos, y esto puede alcanzarse en la propia vida espiritualmente. «A través de la oración, nos hacemos padres de otros. Nos hacemos padres no en el sentido físico sino a través de otros aspectos como el espiritual», explicó.
Precisamente por su elevada maternidad, el ofrecimiento de su propio Hijo al Padre significó el sacrificio más grande que una persona podría realizar. «Su ofrecimiento de Jesús, su Hijo, al Padre no es fácil porque conlleva sacrificio, incluso contradicción», explicó. «Pero sigue siendo verdad que la Santísima Madre no tiene otro deseo que guiarnos y ofrecernos a Jesús».
La Santísima Virgen se ofrece Ella misma por entero a sus hijos, desinteresadamente. «La Santísima Virgen María está compartiendo con nosotros sus virtudes, humildad, esperanza y amor», comentó el Obispo auxiliar. «Como somos sus hijos, todas esas cosas son también nuestras», concluyó Mons. Cortez. «Vayamos y ofrezcámoslas a Jesús».
Con información de CBCP News.
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