Ciudad del Vaticano (Martes, 13-08-2013, Gaudium Press) El próximo 15 de agosto, durante la Solemnidad de la Asunción de María, la Iglesia en México celebra los 200 años de la finalización de los trabajo de la Catedral Metropolitana de México.
Con ocasión del jubileo, el Papa Francisco ha enviado un mensaje al Cardenal Norberto Rivera Carrera, Arzobispo Primado de México, en el que expresa su unión espiritual con los pastores y fieles mexicanos.
«En esta significativa circunstancia (…) deseo hacer llegar, a cuantos gozan con esta efemérides, mi saludo cordial y la seguridad de que me uniré a todos los pastores y fieles de esta Iglesia particular en la acción de gracias a Dios por los dones recibidos», señala el Santo Padre.
Foto: Gustavo Kralj / Gaudium Press |
Asimismo dice que la conmemoración «es una ocasión para mirar al pasado, robustecer el presente y vislumbrar el futuro».
Y luego recuerda que en la Catedral, al ser «corazón de la diócesis», el Obispo «lleva a cabo la acción más venerada y santa que se puede realizar: la Eucaristía, memorial de la Muerte, Pasión y Resurrección de Nuestro Señor».
«Participemos en ella con devoción, y saquemos de la Mesa del Señor fuerzas para dar testimonio por doquier del amor que Dios nos tiene, en cualquier ambiente donde nos encontremos y con todos los que nos rodeen, en especial los más desfavorecidos», continúa.
Finalmente el Pontífice hace un llamado para que se asuma el reto de mirar el futuro con esperanza: «¡Que nadie nos robe la esperanza! Alimentémosla, en cambio, viniendo al primer templo diocesano. La Palabra de Vida que resuena en la Catedral Primada de México ha de prolongarse en el porvenir, ha de arraigar en el corazón de los niños, de los adolescentes y jóvenes. Ellos son una ventana abierta a la ilusión y al entusiasmo. A ellos hemos de darles lo mejor que tenemos: a Cristo, Salvador y Amigo que nunca falla. Esto compete, ante todo, a los padres y madres de familia, que tienen en la educación cristiana de sus hijos el mayor de sus cometidos, del cual no pueden cansarse, y que han de llevarlo a cabo no sólo contando con sus energías sino, sobre todo, apoyados en la oración».
Con información de Zenit.
Deje su Comentario