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Elche (Miércoles, 14-08-2013, Gaudium Press) Durante los días 14 y 15 de agosto revive en Elche, España, una notable tradición de más de cinco siglos de antigüedad y que podría ser la más elaborada celebración de la solemnidad de la Asunción de la Santísima Virgen en el mundo. Se trata de el Misterio de Elche, una representación sacra que incorpora procesiones, cantos y elaborados atuendos y que tuvo el privilegio de ser autorizada expresamente por el Papa Urbano VIII tras la prohibición general del Concilio de Trento de realizar representaciones teatrales en los templos.
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| La Santísima Virgen es llevada por los Apóstoles hacia su sepulcro durante la representación del Misterio. |
«El Misterio realiza, de una manera activa y plástica, una auténtica catequesis sobre la Asunción de María, exponiendo el contenido de la fe, su justificación y su sentido», afirma la presentación oficial de la obra, cuya preparación y conservación está a cargo del Patronato del Misteri d’Elx. «Todo el Misterio está al servicio de la fe en la Asunción, invitando a quien lo contempla a adentrarse en el misterio de Dios, que glorifica a María. Así, año tras año, el Misterio actualiza y mantiene viva una fe y una teología que se remonta a los primeros años del cristianismo».
Una monumental celebración
El «Misteri d’Elx», como se llama originalmente en idioma valenciano, se desarrolla parcialmente en las calles de la ciudad y principalmente en la Basílica de Santa María, y conserva su profunda relación con la liturgia de la solemnidad. Por este motivo los papeles masculinos principales, como los del Padre Eterno y el Apóstol San Pedro, son interpretados obligatoriamente por sacerdotes, de acuerdo a la tradición. Del mismo modo, no toman parte en el Misterio las mujeres, cuyos papeles son representados por niños.
Otra relación con la liturgia es su representación en dos actos: la «Vespra», realizado el día 14 de agosto, y la «Festa», en la solemnidad de la Asunción de Nuestra Señora, lo cual coincide con la conmemoración litúrgica en la víspera y el día de la fiesta evidente, por ejemplo, en la Liturgia de las Horas.
En la primera jornada del Misterio, la Santísima Virgen con un cortejo de mujeres y ángeles hace su entrada a la Basílica, donde un ángel baja del cielo (la cúpula del templo) y le anuncia la cercanía de su partida al Padre. Los Apóstoles hacen presencia en el lugar para acompañarla en los últimos momentos de su vida terrena y el alma de la Santísima Virgen, representada en una pequeña imagen es llevada por un ángel al cielo.
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| La Santísima Virgen es llevada por los aires hacia el Cielo, donde es coronada como Reina Universal de todo lo creado. |
La segunda parte de la obra representa el funeral de Nuestra Señora, con una procesión hacia la Basílica con una bella imagen de la Santísima Virgen. Al llegar al lugar donde se enterraría su cuerpo, un grupo de judíos intenta impedirlo y se da una discusión con los apóstoles. Al intentar tocar el cuerpo de María, uno de los judíos queda paralizado, lo cual suscita la conversión del grupo. San Pedro los bautiza y el paralizado recupera su movilidad. Al depositar el cuerpo de la Santísima Virgen en el foso, el ángel mayor desciende para unir el alma y el cuerpo de Nuestra Señora y llevarla a los cielos resucitada. La obra termina con la representación de la Coronación de Nuestra Señora como Reina Universal de todo lo creado y el alegre canto del Gloria Patri.
La historia del Misterio
La representación, que hace uso de un notable sistema de tramoyas que constituía un verdadero portento técnico en el momento de su creación, fue fruto del esfuerzo de la nobleza local, que no escatimó recursos para celebrar de la forma más grandiosa posible la solemnidad en honor de la Madre de Dios. Pese a que no se puede certificar el inicio de la fiesta y los orígenes legendarios la ubican en 1265 o 1370, ya en 1530 aparece documentada una Cofradía de Nuestra Señora de la Asunción, encargada de su preparación.
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| Un elaborado y antiguo sistema de tramoyas permite elevar a los actores que representan a los ángeles en la obra. |
En varios momentos de la historia se vio amenazada su continuidad y los pobladores debieron asumir sacrificios como el pago de ciertos impuestos para poder conservarla. La prohibición de realizar representaciones en los templos, dictada por el Concilio de Trento, obligó a los fieles a acudir a la Real Audiencia de Valencia que obtuvo del Papa Urbano VIII en 1632 un rescripto con el privilegio especial de llevar a cabo el Misterio de Elche en el templo de Santa María a perpetuidad.
A inicios del siglo XX se llevó a cabo una campaña para reanimar el esfuerzo de la comunidad en la realización de la fiesta, que había sido progresivamente descuidada a finales del siglo XIX y se reestructuró la obra para recuperar parte de su antiguo esplendor. Para 1931 la obra fue declarada Monumento Nacional. Tras la guerra civil de 1936 a 1939, se organizó la Junta Nacional Restauradora del Misterio de Elche y de sus Templos, que debió reconstruir la iglesia de Santa María, que había sido incendiada y retomar la celebración de la Fiesta, suspendida durante la guerra.
En la actualidad, la preparación y conservación del Misterio de Elche está a cargo del Patronato que reemplazó a la Junta Restauradora y la representación fue declarada como una de las Obras Maestras del Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO en 2001.
Con información del Patronato del Misteri d’Elx.
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