Manila (Lunes, 26-08-2013, Gaudium Press) La llamada «marcha del millón de personas» en Manila, Filipinas, que reunió casi 100 mil manifestantes el pasado 26 de agosto, es la prueba más clara del respaldo popular al reiterado llamado de los Obispos a poner fin a una de las prácticas políticas que propicia la corrupción administrativa en el país y que suscitó varios escándalos recientes: el Fondo de Asistencia Prioritario para el Desarrollo (PDAF).
La multitudinaria «Marcha del millón de personas» respaldó el llamado de la Iglesia a frenar la corrupción política. |
El reciente descubrimiento de la desviación de unos 10 billones de pesos filipinos escandalizó la sociedad y motivó una fuerte crítica de la Iglesia. «¿Quién no se impresionaría con estos reportes y con la magnitud de dinero involucrada?», cuestionó el Cardenal Luis Antonio Tagle, Arzobispo de Manila el pasado 13 de agosto. «Es como si su corazón estuviera roto en pedazos. ¿Puede alguien de verdad hacerle eso a su prójimo? ¿Puede alguien tolerar causar este tipo de daño al país?».
La condena de la Iglesia fue más allá del rechazo al caso concreto, que afectó directamente a las poblaciones más necesitadas que debieron haber recibido esos dineros en programas de desarrollo, para exigir el fin del Fondo, apodado popularmente como el «barril del puerco», por el mal uso que suele darse para beneficio personal de los legisladores. «En la superficie, mientras que el PDAF podría satisfacer directamente las necesidades locales, ha provisto sin embargo oportunidades para que la corrupción eche raíces e incluso florezca en varios niveles de la sociedad» afirmó un comunicado firmado por el Secretariado Nacional de Acción Social – Justicia y Paz de la Conferencia de Obispos Católicos de Filipinas, varios Obispos y organizaciones sociales. «Como tal, apoyamos decididamente las iniciativas que buscan terminar con el PDAF».
«Es todavía más desconcertante que algunos de nuestros representantes elegidos, de quienes se espera que sean ejemplares en su completa adherencia a la ley, haya sido asociado con el repetido mal manejo del PDAF», agregaron los Obispos. Los prelados exigieron acciones que permitan una rendición clara de cuentas de la administración de los bienes públicos y que todas las personas relacionadas con el escándalo «sean responsables ante la ley a su máxima expresión».
Ante los miles de manifestantes de la «Marcha del millón de personas» en Manila, el Cardenal Luis Antonio Tagle recordó el deber cristiano de la honestidad en todas las dimensiones de la vida: «en la familia, con los amigos, en el mercado, en bancos, escuelas, oficinas, negocios…», exhortó. «Permitan que la honestidad prevalezca». El purpurado recordó el espíritu de solidaridad y caridad cristiana que debe identificar el servicio público y motivo que los administradores y legisladores escuchen «los latidos del corazón del país» y «la voz de Dios, especialmente en nuestra conciencia».
Con información de CBCP News.
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