domingo, 24 de noviembre de 2024
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Cardenal Scherer resalta la importancia de la devoción a Nuestra Señora

San Pablo (Lunes, 26-08-2013, Gaudium Press) Por ocasión de la pasado fiesta de la Asunción de Nuestra Señora, el Arzobispo de San Pablo, Brasil, Cardenal Odilo Pedro Scherer, destacó que la Virgen María se muestra, a través de las celebraciones por el Año de la Fe, una «mujer de Fe, que alcanzó plenamente el premio de la Fe».

«Unida estrechamente a Dios por la Fe, durante esta vida, ella se entregó enteramente a su designio: ‘Yo soy la sierva del Señor, hágase en mí según tu palabra’ (Lc 1,38). Y su vida estuvo íntimamente unida, por la Fe, al Hijo de Dios, que por medio de ella nació para este mundo, como nuestro Salvador», escribió Mons. Odilo.

1.jpgEl Cardenal Scherr explicó que la Virgen, al acompañar a Cristo en su camino hasta el calvario de la muerte, hizo «un camino de Fe, que no estuvo exento de cruces y ‘espadas’ de dolor».

El Cardenal resaltó que «María cree y reconoce las maravillas que Dios realiza en ella y, por medio de ella, en favor de toda la humanidad», citando el pasaje bíblico del Evangelio de San Lucas: «¡Mi alma engrandece al Señor, porque hizo grandes cosas en mí el Omnipotente, su nombre es santo!» (Lc 1,47).

«La Fe salva y hace alcanzar la plenitud de la vida, por obra y gracia de Dios», completó.

Mons. Odilo afirmó que, al mirar a la Santísima Madre, «elevada a los cielos», creemos que «vale mucho la pena creer en Dios, con firmeza y confianza», y que la Fe nos «hace alcanzar la vida plena», «adhesión y sintonía plena con Dios y su designio de salvación».

«Mirando para María, elevada al cielo en cuerpo y alma, nos alegramos, pues ya vemos realizado en ella aquello que para nosotros todavía es promesa divina; ella nos da la certeza de que nuestra aspiración a la vida plena y nuestra esperanza no son sueños vanos. ¡Dios promete y cumple! Mirando para María, asunta al cielo, la Iglesia se alegra, pues ya ve anticipado en ella aquello que es la meta de la peregrinación de toda comunidad eclesial en esta vida: la casa del Padre, la vida eterna,» resaltó el Cardenal.

El Arzobispo de San Pablo ponderó que «María, glorificada en el cielo en cuerpo y alma, es señal de esperanza segura para todos nosotros», confirmando que «Fe y esperanza están siempre entrelazadas; la esperanza viene de una Fe firme, como fue la de María, «peregrina en la Fe y en la esperanza».

Al analizar una observación hecha por un gran diario de la ciudad de San Pablo, que destacaba en una de sus materias el título «María divide a los cristianos», Mons. Odilo aclaró: «no es verdad que María sea causa de división entre los hermanos de Jesús; ella los invita a estar estrechamente unidos en Cristo. ¿Puede la madre dividir a los hijos? ¡Solo por algún grande e infeliz malentendido!»

Refiriéndose al Papa Francisco, en alusión al Año de la Fe, Mons. Odilo acentuó la invitación hecha por el Santo Padre a sus fieles para que caminasen en la esperanza al hacer el uso de tres aspectos: «no pierdan la esperanza; no dejen que les quiten la esperanza; no roben la esperanza de los otros…»

Finalizando el artículo, el Cardenal de San Pablo dijo que debemos reconocer y honrar a María Santísima como «la Madre del Salvador», ofrecida a nosotros como Nuestra Madre, «en lo alto de la Cruz, cuando Jesús entregaba la vida por la salvación de la humanidad».

«No tengamos, pues, miedo de gustar de aquella que agradó al propio Dios. Y ella nos dirá, siempre de nuevo: «Haced todo lo que el Señor os diga», concluyó el Arzobispo. (LMI)

Con informaciones de la Arquidiócesis de San Pablo.

 

 

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