Seúl (Martes, 27-08-2013, Gaudium Press) El Cardenal Zenon Grocholewski, Prefecto de la Congregación para la Educación Católica, se encuentra en Corea del Sur, a donde fue invitado a participar del Congreso de la Asociación de Colegios y Universidades Católicas del Este y Sureste Asiático (ASEACCU).
Cardenal Zenon Grocholewski, Prefecto de la Congregación para la Educación Católica. |
Según informó la agencia Fides, el purpurado manifestó durante sus conversaciones con el Arzobispo de Seúl, Mons. Yeom Soo-jung, su positiva impresión por el desarrollo de la Iglesia en el país: «Con unos 400 seminaristas mayores, Seúl tiene un papel importante en el futuro de la Iglesia de Asia», afirmó el Cardenal.
A apreciar esta vocación de la Iglesia coreana, el Prefecto destacó la importancia de una adecuada formación del clero: «El futuro de la Iglesia depende de la calidad de los sacerdotes». Por su parte, Mons. Soo-jung expresó la disposición de la Iglesia de asumir este reto en la evangelización del continente: «La Arquidiócesis de Seúl está dispuesta a apoyar no sólo a la Iglesia coreana, sino también a otras Iglesias que sufren o están necesitadas», comentó. «Haremos todos los esfuerzos necesarios para ayudar a la evangelización de la Iglesia en Asia».
Finalmente, el Cardenal Grocholewski reconoció el patrimonio espiritual de la nación, reflejada en el testimonio de vida de sus evangelizadores y mártires. «La historia del cristianismo en Corea se puede medir en términos de sacrificio y martirio. La Iglesia ha crecido gracia a los esfuerzos de los laicos. Esta es una historia muy especial, que no tiene ninguna otra iglesia en el mundo», concluyó el purpurado.
La fe católica llegó a Corea a pesar de su gran aislamiento a través del contacto de seglares con los misioneros jesuitas en China en el siglo XVI. A su llegada al país doce años después, el primer sacerdote que ingresó secretamente al territorio encontró cerca de 4000 fieles católicos que nunca habían tenido contacto con un presbítero. La Iglesia en Corea sufrió una terrible persecución en el siglo XIX, cuando unos ocho mil fieles fueron asesinados, 103 de los cuales la Iglesia honra la memoria como mártires canonizados por el Beato Juan Pablo II en 1984. Tras la división del país a mediados del siglo XX, la Iglesia en el norte del territorio desapareció bajo la persecución del régimen comunista aún en el poder.
Con información de Agencia Fides
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