Oruro (Jueves, 29-08-2013, Gaudium Press) La Iglesia Católica en Bolivia ha actuado decididamente en contra de la posibilidad de la legalización del aborto. Tras una demanda presentada al Tribunal Constitucional de ese país que pretende la despenalización de la práctica, los Obispos han participado en el proceso legal con sus objeciones (ver noticia anterior) y a través de recolecta de firmas y multitudinarias marchas en respaldo del derecho a la Vida. Uno de los líderes de esta respuesta, Mons. Cristóbal Bialasik, Obispo de Oruro y Presidente de la Fundación Vida y Familia, recuerda que estas acciones no son suficientes: hace falta la oración de todos los fieles del país.
Mons. Cristóbal Bialasik, Obispo de Oruro y Presidente de la Fundación Vida y Familia. |
«Estoy muy convencido de que este demonio no se puede vencer solamente discutiendo y marchando. Es necesario ponernos de rodillas delante del Señor, pidiéndole para que nos ayude en esta tarea tan difícil pero tan sustancial: proteger la vida y la familia», explicó el Obispo, en una entrevista concedida a Infocatólica.
Mons. Bialasik comentó que en su diócesis se ha dispuesto la Adoración Eucarística permanente con este fin e invitó a toda la Iglesia del país a unirse de esta forma: «Deberíamos orar delante del Señor expuesto en el Santísimo Sacramento en todas los templos y las capillas de todas las jurisdicciones eclesiásticas, pidiendo a Dios su misericordia y perdón por los abusos cometidos contra la vida y la familia y, para que no se apruebe nunca el aborto en nuestra Patria. Pues Dios, es el Dios de la Vida y no de la muerte».
La gravedad del crimen del aborto
El Obispo recordó la importancia de la protección de la vida del no nacido y la gravedad del crimen del aborto. «Tenemos que ser conscientes de que el aborto es un asesinato», subrayó, al tiempo que recordó que las evidencias científicas sustentan que el inicio de la vida humana se da en el momento de la fecundación. «No podemos matar un ser humano bajo ninguna condición», insistió.
«El aborto daña a la madre, física, espiritual como psíquicamente» afirmó el prelado, quien comentó los numerosos trastornos médicos y psicológicos asociados al aborto y relató desde su experiencia el tormento espiritual que sufren las mujeres que han recurrido a la práctica. «Las mujeres sufren una carga de conciencia muy profunda. Conozco personas que teniendo algo de 80 años, siguen pidiendo perdón por el pecado del aborto que han cometido por distintas razones en su juventud», relató Mons. Bialasik. «Las personas se dan cuenta de que el aborto es un homicidio. No creo que alguien pueda perdonarse por este delito cometido con su hijo(a) inocente que no pudo ni hablar, ni protegerse».
Multitudinaria manifestación a favor del derecho a la vida en La Paz, Bolivia, el pasado 21 de agosto de 2013. Foto: Carmen Bocangel. |
Además de la perspectiva de la madre, el Obispo de Oruro recordó que el crimen del aborto afecta también a todas las personas involucradas en el acto, especialmente a los profesionales de la salud. «Al realizar un aborto el médico está incumpliendo el juramento que realizó, en el que dice bien claro que mantendrá el más alto respeto por la vida humana desde el momento de la concepción. Es por eso que está incumpliendo con las normas de medicina, y con la ética profesional. Así no sólo se involucra la madre al aborto, sino también el médico que lo practica». El prelado destacó la importancia del compromiso de los profesionales para frenar este flagelo. «Si no hubiera médicos que practicaran los abortos, disminuiría el porcentaje de abortos diarios», aseguró.
Ante estas realidades, Mons. Bialasik pidió continuar la denuncia, la acción y la oración para impedir que los niños por nacer pierdan su vida por causa del aborto. «No podemos callar la Verdad. Si lo hacemos contradecimos a nuestro Señor Jesús que dice: «Yo soy el camino, la verdad y la vida». Todos debemos trabajar por la Vida que Dios nos da y la Verdad que nos ilumina», exhortó el Obispo.
«Unámonos en la acción y en la oración por la vida, que hoy es amenazada por los que promueven la «cultura de la muerte». La oración es la piedra angular de las buenas acciones decía el Beato Juan Pablo II. Él mismo en la encíclica Evangelium Vitae escribió: «es urgente una gran oración por la vida que atraviese el mundo entero». Esta oración debe hacerse todo el año y todos los días. No olvidemos que la Vida es el don más precioso que hemos recibido y no tenemos derecho quitarla a nadie», concluyó.
Con información de Iglesia Viva e Infocatólica.
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