Lima (Sábado, 31-08-2013, Gaudium Press) En la fiesta de Santa Rosa de Lima, el Cardenal Juan Luis Cipriani, Arzobispo de Lima y Primado del Perú, exaltó el pasado 30 de agosto la figura de la ejemplar religiosa, a quien propuso como modelo que deben seguir los fieles del país, en especial quienes tienen a su cargo alguna autoridad. El purpurado recordó que existe un deber de dar un ejemplo adecuado, tal como lo hizo la santa religiosa. «Los tiempos actuales exigen el testimonio del buen ejemplo», destacó.
Cardenal Juan Luis Cipriani, Arzobispo de Lima y Primado del Perú. |
El Cardenal Cipriani celebró las virtudes de Santa Rosa de Lima y señaló que la coherencia de vida debe ser la característica notoria del superior en el campo civil y en el religioso. A la autoridad «hoy se le exige más, se le exige ejemplo, no solo palabras, testimonio». El Arzobispo motivó a los fieles a enfrentar las «pasiones, cóleras, tendencias, egoísmos» que impiden vivir la fe y esforzarse diariamente en ser ejemplar. «Esto es lo que Santa Rosa hoy nos quiere animar: sí se puede».
Un gran legado originado en la fe
El prelado dedicó apartes de su predicación a diversas instituciones y profesiones que acogen a Santa Rosa de Lima como Patrona, como lo es la Policía Nacional de Perú y las profesionales de enfermería, y recordó que varios países se han confiado a su intercesión y protección, como es el caso de Perú y Filipinas. También comentó que la devoción a esta santa se expresa en «muchísimas iglesias que tienen el nombre de esta santa peruana, la primera santa de América».
Este legado de varios siglos fue posible para «una mujer sencilla» por un motivo sencillo y sobrenatural: «porque se apoyó en Dios, en alguien que no pasa, y Dios va despertando en el corazón de nosotros esa inquietud, ese amor, esa devoción», explicó. Así mismo, el Arzobispo alentó la devoción popular arraigada en Perú hacia la figura de Santa Rosa de Lima, la cual describió como «la fe de un pueblo que confía en la oración, confía en que esa necesidad, si la pone en manos de Santa Rosa, ella la presentará a Dios».
El Cardenal Cipriani hizo finalmente una sentida solicitud de que la devoción a la santa y los favores concedidos por su intercesión encuentren también un fruto en la coherencia de vida de los fieles. «»Hermanos, quiero pedirle a Santa Rosa y perdonen que en esta ocasión abra mi alma por amor a la patria que comparto con ustedes, por amor a la Iglesia, por amor a todas sus familias», exhortó, «que con verdadera ilusión sueñan que este progreso material también se convierta en un progreso en la conducta, en la moralidad, en la educación de los niños, en la preocupación por los ancianos».
Con información de ACI.
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