domingo, 24 de noviembre de 2024
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La Biblia y la primavera

Río de Janeiro (Jueves, 05-09-2013, Gaudium Press) El Arzobispo Metropolitano de Río de Janeiro habla sobre la llegada del mes de septiembre y de lo que él trae consigo. Enfoca sobre todo la Biblia, los estudios bíblicos, la lectura orante de las Sagradas Escrituras.

A continuación el artículo:

El mes de septiembre llega trayendo la primavera en nuestro hemisferio y, junto con la belleza del tiempo, el tema de la Sagrada Escritura. El hecho de celebrar, el día 30 de septiembre, el día del patrono de los estudios bíblicos, San Jerónimo, hizo que pudiésemos profundizar ese tema durante este mes. Septiembre es el mes de la Biblia, siendo que en el último domingo conmemora el Día Nacional de la Biblia.

1.jpgA cada año, la Iglesia del Brasil trabaja un tema. Estamos profundizando el tema del discipulado y de la misión a la luz del evangelio leído los domingos, en este año, San Lucas. Aquí en nuestra Arquidiócesis, el hecho de que la catequesis presente en las parroquias y en los vicariatos la «feria bíblica» tiene más de 25 años de tradición. Una manera renovada de los niños profundizar sus estudios y compartir con los visitantes de la feria.

Otro bello momento es el que vivimos en este fin de semana: ¡la asamblea de los círculos bíblicos! Un día feriado para marcar nuestra vida arquidiocesana: compartir las experiencias de los círculos bíblicos y profundizar el tema anual por vicariatos. Los círculos bíblicos son semillas de las comunidades que forman las parroquias como red de comunidades.

¡Este día será también la oportunidad que el Papa Francisco pidió para vivir en oración y ayuno por la paz! Es víspera de la fiesta de la Natividad de Nuestra Señora, que, este año, por el hecho de caer domingo no será celebrada. Una tradición antigua en la vida monástica hace de cada víspera de una fiesta mariana un tiempo de oración, penitencia y ayuno. Y este año con una motivación más: ¡la Paz!

Sin duda que para todo eso la lectura orante de la biblia o la ‘lectio divina’ de a poco va entrando en la realidad de nuestro pueblo, que pasa a colocar la Palabra de Dios como inicio de la reflexión que iluminará la realidad de las personas. Son pasos que poco a poco los grupos y comunidades comienzan a dar. Siempre en torno a la Sagrada Escritura. Ella nos trae la revelación de Dios para nuestra salvación.

En su misericordia y sabiduría, quiso Dios revelársenos a sí mismo en la persona de Cristo y por la unción del Espíritu Santo, para que tuviésemos acceso a Él y participásemos de su gloria. Dios se revela al hombre y lo invita a partir para una tierra desconocida que le sería mostrada. Y en ese camino Dios se va mostrando, se va revelando a los que creen y, cuando es llegado el tiempo, la revelación se completa en Cristo, la Palabra de Dios: «En principio era la Palabra y la Palabra estaba en Dios, y la Palabra era Dios… Y esta Palabra se hizo carne y vino a morar entre nosotros» (Jn. 1).

¡Por Cristo, somos glorificados! Y todos los que recibimos la Palabra, y en ella creemos nos tornamos hijos de Dios. Este camino Dios lo hace con nosotros. Respeta nuestro crecimiento intelectual y volitivo, sea en nuestra capacidad personal, sea en la evolución cultural del agrupamiento humano, de tal forma que podemos sentir en nosotros mismos la caminata del pueblo de Dios.

A medida que nos abrimos a la fe, partimos con Él en los momentos de contemplación, de gloria y, también, como las Escrituras nos muestran, en las traiciones, cuando renunciamos a su amor y vamos atrás de los «baals» de todos los tiempos. Oyendo la voz penitencial de los profetas, retornamos de la «Babilonia» del pecado, que existe en todos los tiempos y, también, en el interior de nosotros.

En la bondad de Dios, como un resto, volvemos a «Sión», siempre aguardando la plena revelación de Dios en su Hijo, que nos salva por su muerte y nos da su Espíritu para que anunciemos en nosotros y en toda tierra su resurrección y nuestra participación en el misterio trinitario de Dios.

La Biblia Sagrada, con toda la Tradición de la Iglesia, en seguimiento a la Palabra de Cristo revela a nuestro corazón este plan divino para la humanidad -restaurar todo en Cristo- y nos envía: «Id por todo el mundo, proclamad el Evangelio a toda a criatura. Aquel que cree y es bautizado será salvado; el que no crea será condenado». (Mc. 16-15).

La Biblia es el relato de la manifestación del amor de Dios que, gradualmente, nos lleva por Cristo, en Cristo y con Cristo a la intimidad de la vida divina y, como consecuencia, a una nueva vida, fermento de un mundo nuevo.

¡Somos el pueblo que se encuentra con la Palabra Viva, el Verbo Eterno, Jesucristo! Él es nuestra vida y el camino que nos conduce al Padre. Es un tiempo favorable para profundizar la importancia de ser discípulos misioneros a la luz del Evangelio de Lucas, buscando en nuestros grupos de reflexión dejar la Palabra hablar a nuestro corazón y hacernos renovados en Cristo.

La primavera está asociada a la Pascua: ¡la certeza de la vida que vence la muerte! Que el mes de la Biblia, recién iniciado, sea una nueva primavera: la certeza de la vida que renace y se abre, venciendo la muerte y el pecado.

Por Mons. Orani João Tempesta, O. Cist.

Arzobispo Metropolitano de San Sebastián de Río de Janeiro, RJ

Con informaciones de la Arquidiócesis de Río de Janeiro.

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