domingo, 24 de noviembre de 2024
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"Al mismo tiempo que Palabra de Dios, la Biblia es brújula”, afirma arzobispo de Maringá, Brasil

Maringá (Martes, 10-09-2013, Gaudium Press) Mons. Anuar Battisti, arzobispo de Maringá, en el estado de Paraná, Brasil, escribió reciente un artículo titulado «Encontré lo que estaba perdido», donde recuerda que en septiembre la Iglesia en Brasil tiene la tradición de celebrar el mes de la Biblia. Expresa el prelado que esa costumbre viene del hecho de que el día 29 celebramos la muerte de San Jerónimo, el traductor de la Biblia del griego antiguo y del hebreo para el Latín.

Mons. Battisti resalta que para orientar al lector de las Sagradas Escrituras cada año el equipo coordinador propone un lema y un determinado libro de la Biblia a ser estudiado, reflexionado, sea individualmente como en las comunidades. Él explica que para este año fue indicado el Evangelio de Jesús según Lucas bajo el prisma del discipulado-misionero, como el lema: «Alegraos conmigo, encontré lo que estaba perdido» (Lc 15).

«Hace mucho, Dios ha intentado aclarar al hombre acerca de su gran amor por nosotros. La oveja perdida, es una parábola contada por Jesús, a fin de mostrar la busca incesante que el padre realiza de sus hijos. Dios creó al hombre a su imagen y semejanza. El soplo del padre lo hizo viviente. Somos sus hijos. Jesús comienza ilustrando la disposición del buen pastor, que en la falta de una oveja, solamente de una de ellas, sale y enfrenta lo que sea preciso para rescatarla y traerla con seguridad al aprisco. Y fue eso mismo lo que sucedió. El padre nunca rompió su relación con el hombre. El ser humano fue quien se perdió, se distrajo, no tuvo atención suficiente y se equivocó de camino».

Según Mons. Anuar, en esta perspectiva de encontrar el camino de regreso, la Palabra de Dios es la brújula que orientará con certeza el rumbo del amor infinito de Dios. El arzobispo además aclara que en el retorno a casa, al aprisco de las ovejas, la alegría se transformará en fiesta, amigos y vecinos serán invitados para alegrarse por una única oveja que volvió, que fue encontrada.

«Al mismo tiempo que Palabra de Dios, la Biblia es brújula, no podemos olvidar que nadie vive solo. La presencia de un amigo, de un hermano, para caminar juntos será fundamental, a fin de sentir en el retorno la fuerza para llegar. Cómo hace bien, cómo es indispensable un Cirineo, para apoyar y dividir el peso de la cruz», evalúa.

Para el prelado, cada uno de nosotros tiene una historia, una vida que va siendo construida a cada momento, y en la dinámica del camino somos interpelados de todos los lados, por propuestas encantadoras. Sin embargo, recuerda él, ninguna propone en primer lugar la cruz. El Maestro Jesús al hacer la propuesta del seguimiento de él deja claro: «Quien quiera seguirme, renuncie a sí mismo, tome su cruz cada día y me siga» (Lc 14,26).

Finalmente, Mons. Anuar resalta que nunca y nadie puede substituir a nadie en el camino de la felicidad aquí y en el otro mundo. Según él, no existe representación y mucho menos delegación: somos todos invitados en primera persona y juzgados como individuos agraciados y amados desde toda la eternidad.

«El Dios que nos amó y ama nos llama para ir contra la corriente del mundo, de las ideologías alienantes, de las doctrinas modernas, y del modernismo facilitador de todo. Es preciso coraje para retomar el camino. Se hace necesario renunciar a las cosas de Dios y quedarse con el Dios de las cosas. Alegrémonos por una sola oveja que vuelva al regazo del pastor», concluye. (FB)

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