Tarragona (Sábado, 14-09-2013, Gaudium Press) Como preparación de la beatificación de 522 mártires víctimas de la persecución religiosa durante el siglo XX en España, que se llevará a cabo en la ciudad de Tarragona el próximo 13 de octubre (ver noticia anterior), el Arzobispo de esta Arquidiócesis, Mons. Jaume Pujol, publicó una Carta Pastoral en la cual destaca el ejemplo de estos cristianos heroicos. «Su martirio es una lección ante la historia y un ejemplo a seguir por los cristianos», declaró el prelado.
Mons. Pujol hizo énfasis en el significado profundo del martirio, que tiene que ver más con la disposición del alma del mártir que con las condiciones externas de su sacrificio. «No es la muerte violenta lo que hace que uno sea mártir, sino la causa de esta muerte», enseñó el Arzobispo. «Los mártires morían por Jesucristo, y tenían la certeza de que el destino de Cristo en la gloria era su propio destino. Jesucristo es la causa y el fundamento de todo martirio». Precisamente esta muerte es aceptada por el mártir como una gracia concedida por Dios.
«La Iglesia, cuando beatifica a estos siervos de Dios, no lo hace por venganza, ni siquiera para una reparación de la justicia humana, sino para afirmar que el bien es siempre superior al mal», agregó el prelado, quien reconoció en la historia de Tarragona un carácter especial, ya que en ese lugar, la antigua Tarraco dieron la vida los santos Fructuoso, Obispo, y Augurio y Eulogio, diáconos. «Por ello, la ceremonia de beatificación debe ser una fiesta compartida por las Iglesias de España, en comunión con el Santo Padre», argumentó.
Mons. Pujol invitó a todos los fieles a unirse a la celebración de la beatificación y pidió que la misma sea interiorizada como algo propio e íntimo. «Durante su vida el Obispo Manuel Borrás Ferré y sus compañeros mártires formaron parte de las Iglesias que peregrinan en España y las sirvieron hasta el final, hasta derramar la sangre. Es justo, pues, que estas Iglesias estén presentes en la hora de su glorificación, recojan con amor su testimonio y den gracias a Dios».
El Arzobispo pidió la unidad de los católicos en la profesión de la fe por la cual dieron su vida los mártires. «Que este día sea un día de alabanza a nuestro Salvador, y que, por la intercesión de tantos hombres y mujeres que murieron por causa de la palabra de Dios, nos sean dadas la verdadera libertad de espíritu, la firmeza y la pureza de la fe», afirmó.
Con información de Aleteia.
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