San Pablo (Miércoles, 18-09-2013, Gaudium Press) «La Fe cristiana en Dios no parte de conceptos intelectuales puros, sino de una experiencia con Dios». Fue lo que escribió el Arzobispo de San Pablo, Brasil, Cardenal Odilo Pedro Scherer, en su artículo publicado recientemente.
Al explicar sobre la búsqueda por la salvación a través de la misericordia de Dios, Mons. Scherer afirmó que «esa experiencia, retratada en la Sagrada Escritura, es la historia de la salvación vivida por personas y por todo un pueblo», y que «para bien comprender nuestra Fe, es igualmente importante conocer y comprender la Escritura».
Según el Arzobispo, «nuestra Fe cristiana católica nos dice que la misericordia es uno de los atributos de Dios, aunque ese concepto no aparezca, como tal, en los Símbolos de nuestra Fe».
«A Dios conviene la misericordia. Y Dios nos trata con misericordia», enfatizó.
Cardenal Odilo Pedro Scherer / Foto: Gustavo Kralj-Gaudium Press. |
Sin embargo, el Cardenal dijo que no siempre el verdadero concepto de misericordia de Dios es claro para las personas, pues «con facilidad, se contrapone poder y misericordia en Dios, como si esos dos atributos fuesen excluyentes; o se opone la justicia divina a su misericordia».
«La Fe cristiana no permite esa contraposición. Dios es todopoderoso y eso significa que también es omnipotente en el amor. Por eso, puede ser misericordioso, yendo más allá de la mera justicia. Es propio de la justicia de Dios que ella sea aplicada con amor. Y eso es la misericordia divina, en la concepción bíblica y de la Fe cristiana», escribió.
Remitiéndose a la historia del Pueblo de Dios, antes de Cristo, embasado en las palabras del Libro del Éxodo, el purpurado señaló que incluso castigando a los culpables, para que se conviertan y regresen al buen camino, Nuestro Señor es «misericordioso y clemente, paciente, rico en misericordia y fiel, que conserva su misericordia por mil generaciones y perdona culpas, rebeldías y pecados» (Êx. 34, 6-7).
Para él, la justicia de Dios, «cuando aplicada en la forma de castigo, es siempre pedagógica y correctiva», pues el Padre «se acuerda de sus misericordias» (cf Sl 25,6).
El Arzobispo de San Pablo además recordó a los lectores que el Apóstol San Pablo usaba mucho el concepto de misericordia para referirse a Dios, a quien llama ‘Padre de las misericordias, Dios de toda consolación’ (2Cor 1,3).
«Dios es ‘rico en misericordia’, pues nos amó cuando éramos todavía pecadores y ni lo conocíamos (Ef, 2,4-5). El propio Pablo reconoce haber experimentado la misericordia de Dios por medio de Cristo Jesús, a pesar de haber sido blasfemo y perseguidor de Cristo (1Tm 1,13.16)», aclaró.
El Cardenal Scherer también resaltó en su artículo que Jesucristo nos presenta de forma más clara que Dios es misericordioso, pues, según el purpurado, «Dios no está feliz cuando el hombre se pierde y sale a su búsqueda, hasta encontrarlo; y el cielo hace fiesta por un pecador que hace penitencia, más que por 99 justos que no tienen necesidad de penitencia».
«Incluso cuando lo rechazan y abandonan, Dios está esperando ‘de brazos abiertos’ que vuelvan a Él nuevamente, listo para acogerlos. Y hace fiesta por causa del hijo ‘que estaba muerto y volvió a la vida; estaba perdido y fue encontrado'» (Lc 15,32), recordó al usar la parábola del «Padre misericordioso», contenida en el Evangelio de San Lucas.
Finalizando su artículo, el Arzobispo cree que el Año de la Fe nos ayudará a reflexionar sobre el significado de las afirmaciones de la Fe cristiana, pues «‘Creer en Dios’ significa creer en el Dios de infinita misericordia, que tiene medidas de justicia mucho más amplias que las nuestras».
«Dios salva al mundo por su misericordia. Por eso, nuestra Fe está relacionada inmediatamente con la esperanza. Dios no nos trata conforme la mezquindad de nuestros pecados, sino conforme a la abundancia de sus misericordias», concluyó. (LMI)
Con información de la Arquidiócesis de San Pablo.
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