Redacción (Jueves, 19-09-2013, Gaudium Press) Junto a la Abadía de ‘Tre Fontane’ -Tres Fuentes-, cerca de la Vía Laurentina en Roma, Italia, se encuentra la gruta y santuario de la Virgen de la Revelación, una preciosa imagen y advocación de Nuestra Señora que trae tras de sí una historia de conversión.
Virgen de la Revelación. |
La historia tiene lugar el 12 de abril de 1947 cuando el italiano protestante Bruno Cornacchiola, de 34 años, junto con sus tres pequeños hijos, y tras perder el tren que lo llevaría a Lido di Ostia, se dirige hacia Tre Fontane, lugar que es conocido porque allí tuvo lugar el martirio de San Pablo.
Tras encontrar en lugar un puesto tranquilo, Cornacchiola se dispone a preparar un discurso que ofrecería al día siguiente y con el que pretendía negar la virginidad de María y su Inmaculada Concepción. El italiano, años atrás, también tenía pretensiones de asesinar al Santo Padre Pio XII.
Cornacchiola se sitúa bajo un árbol, comienza a buscar en la Biblia algunos versículos que le ayudasen a debatir la Inmaculada Concepción, cuando de repente sus hijos se pierden y los halla en una gruta escondida y oscura en actitud orante.
En ese instante sintió como si unas manos le quitaran un velo de sus ojos, y tal como había ocurrido con sus hijos, cae de rodillas, al mismo tiempo que una luz ilumina el lugar. Era Nuestra Señora, quien se le presenta con un largo manto verde, un vestido blanco que en su cintura está ceñido por una faja rosa y porta consigo un libro, que es la Sagrada Escritura.
Gruta de la Revelación. Foto: Fczarnowski. |
La Virgen le dice a Cornacchiola: «Soy la que está en la Trinidad Divina. Soy la Virgen de la Revelación. Tú me has perseguido. Ya basta. Entra en el redil pues el juramento de Dios es santo. Los nueve viernes que comulgaste te han salvado. Obedece al Santo Padre.»
Tras estos hechos, el italiano regresa a su casa y narra todo lo sucedido a su esposa. Poco tiempo después, el 7 de mayo de 1947, abandona la Iglesia adventista a la que pertenecía para regresar a la Iglesia Católica.
Un par de años después, el 9 de diciembre de 1949, se encuentra con el Papa Pio XII, a quien le confiesa que diez años atrás había planeado matarlo y le pide perdón al Pontífice. Tras este episodio fue esculpida una imagen de María con las características de la aparición, la cual hoy es venerada en la gruta donde ocurrieron los hechos.
Bruno Corniacchiola hace con algunos fieles conmemorando las apariciones. |
Aunque la aparición mariana no tiene aprobación eclesiástica, el propio Pio XII bendijo la imagen y autorizó la construcción de una capilla para el culto, confiando desde entonces su cuidado a los Franciscanos Menores Conventuales.
En 1997 el Papa Juan Pablo II aprobó la designación del lugar como «Santa María del Terzo Millennio alle Tre Fontane».
Con información de Divinarivelacione.org y Misioneras de la Divina Revelación.
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