Ciudad del Vaticano (Lunes, 23-09-2013, Gaudium Press) El dinero envenena el pensamiento y la fe, y nos hace seguir otros caminos. Fue lo que subrayó el Papa Francisco en la misa del viernes pasado en la capilla de la Casa Santa Marta. Él dijo también que de la idolatría por el dinero nacen males como la vanidad y el orgullo que nos torna «maniacos de preguntas ociosas».
«No se puede servir a Dios y al dinero». El Papa basó su homilía en las palabras de San Pablo sobre la relación entre el camino de Nuestro Señor Jesucristo y el dinero.
Existe algo en la actitud de destemplado por el dinero -dijo el Papa- que aleja de Dios. Y Jesús insiste en varios pasajes sobre eso. La avidez desenfrenada por el dinero es la raíz de todos los males. Tomados por este deseo arraigado en el alma, algunos se desviaron de la fe y acabaron encontrando muchos tormentos.
El Papa continuó sus palabras con amargura: «¡El poder del dinero saca la fe: ella se debilita y usted la pierde! El dinero corrompe, no tiene salida».
«San Pablo nos enseña a evitar esas cosas, concluye el Papa, y nos invita a caminar rumbo a la justicia, la piedad, la fe, la caridad». Invita a la paciencia también «contra la vanidad y el orgullo».
«Que el Señor nos ayude a no caer en la trampa de idolatrar al dinero». (JSG)
Deje su Comentario