Italia (Jueves, 26-09-2013, Gaudium Press) «El mundo antiguo progresó en la medida en que dejó que se difundiera públicamente el cristianismo», afirma el sociólogo estadounidense Rodney Stark en un libro que defiende el invaluable aporte de la religión cristiana en el desarrollo y la civilización del mundo. Sus conclusiones, que el propio autor reconoce como «muy políticamente incorrectas» para la cultura secularizada actual, son recogidas bajo un título que expresa una realidad histórica y que fue reseñado recientemente por el Observatorio Internacional Cardenal Van Thuan sobre la Doctrina Social de la Iglesia: «El triunfo del Cristianismo. Cómo la religión de Jesús ha cambiado la historia del hombre y se convirtió en la más difundida del mundo».
La reseña, difundida por el portal católico Aleteia a pesar de que el texto no ha sido aún traducido al español, expone varios apartes del texto que resultan de gran interés, por cuanto desmienten ideas generalmente empleadas para atacar la religión católica.
El notable progreso que trajo el cristianismo
Contra la frecuente afirmación de que la religión constituye «el opio del pueblo» por ser un consuelo y una esperanza en medio de los sufrimientos, Stark afirma que la realidad es opuesta. «El Cristianismo hace la vida mejor aquí y ahora. No solo en términos psicológicos, como puede hacer cualquier fe en una atractiva vida después de la muerte, sino en términos de beneficios concretos mundanos», expone el sociólogo. «¡Hay que tener en cuenta que un estudio basado en antiguas lápidas funerarias ha establecido que los primeros cristianos vivían más tiempo que sus contemporáneos paganos! Los cristianos tenían una mejor calidad de vida».
Stark contradice ciertas descripciones de la Iglesia primitiva como «un verdadero comunismo» y un movimiento revolucionario de clases oprimidas, como lo propuso Engels, y aceptadas por toda una corriente de sociólogos de la religión. El autor afirma que lo que comprueban los testimonios más cercanos a esta primera época del cristianismo es que se propagó especialmente entre «mujeres de clases altas» y que, como respaldan estudios sobre el tema, «se difundió en primer lugar entre las personas instruidas…[Además] en ningún sitio consiguió arraigar más tenazmente como entre los nobles y en la corte del emperador».
Rodney Stark, Codirector del Instituto para los Estudios de la Religión de la Universidad de Baylor, Estados Unidos. |
Según el autor, la religión cristiana supuso el comienzo de una verdadera ayuda para aliviar el sufrimiento y promover el desarrollo integral. «En medio de la necesidad, de la miseria, de la enfermedad y el anonimato de las antiguas ciudades, el cristianismo creó una isla de misericordia y seguridad», explica. Por el contrario, la idea que se tenía en el mundo antiguo sobre la misericordia era que se trataba de «un defecto del carácter y la piedad una emoción patológica: dado que la misericordia incluye el don de una ayuda o de un alivio inmerecido, se la consideraba como contraria a la justicia», afirma Stark.
El reconocimiento de la mujer y la dignidad humana de los débiles
Por este motivo, y por la organización de congregaciones y comunidades de creyentes que suplían las funciones de lo que hoy se conocería como un Estado social, el progreso que acompañó la evangelización era evidente. «Tener más religión supuso, muy pragmáticamente, más progreso y bienestar, en sentido literal», comenta el sociólogo. La doctrina de la Iglesia hizo que la dignidad humana comenzara a ser reconocida en los enfermos, los ancianos e incluso los incurables. Los cristianos, «llevando el Evangelio a esa sociedad fatalista, decretaron finalmente la desaparición de un paganismo dominante inhumano y cínico». Para citar un dato, el autor asegura que «es del todo plausible que los cuidados ofrecidos por los cristianos redujeran la mortalidad en al menos dos tercios».
Otro aspecto poco difundido en la actualidad es el cambio que la evangelización supuso para un mayor reconocimiento de la dignidad de la mujer. «Las mujeres eran especialmente atraídas por el cristianismo porque éste les ofrecía una vida enormemente superior a la que habrían llevado de otra forma», afirma Stark, quien destaca por ejemplo que los cristianos erradicaron la práctica del aborto y el infanticidio aplicado para seleccionar el sexo de los hijos y descartar a las niñas.
La Edad Media no fue oscuridad
El autor no se restringe al análisis de los primeros siglos del cristianismo, sino se que extiende a los siglos llamados «oscurantistas» de la Edad Media. «La tesis de que Europa había caído en los siglos oscuros ha sido en buena parte una estafa perpetrada por intelectuales fuertemente antirreligiosos como Voltaire y Gibbon, con la intención de afirmar que la suya era una época de ‘Iluminismo»», declaró Stark, quien respalda su afirmación en los numerosos avances registrados en la cultura occidental cristiana durante dicho período.
Durante la Edad Media, «en realidad Europa dio el gran salto adelante, en el plano teológico e intelectual, que la puso a la cabeza del resto del mundo [con] varias revoluciones en la agricultura, en los armamentos y en las técnicas de guerra, en las fuentes de energía y en los transportes, en las manufacturas y en el comercio que han pasado inadvertidas», asegura el autor. El sociólogo también registra el cese de la práctica de la esclavitud y los grandes progresos en las artes, la educación (con la creación de las universidades) y los adelantos científicos.
El aporte de este profesor de Estudios Sociales de la Universidad de Baylor y Codirector del Instituto para los Estudios de la Religión en esta misma institución resulta de gran interés en medio de un debate cada vez más frecuente sobre la identidad cristiana de la cultura occidental.
Con información de Aleteia.
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