Ciudad del Vaticano (Lunes, 30-09-2013, Gaudium Press) «Fue el Espíritu Santo que tocó el corazón de Pedro para decir quién es Jesús. Si es el Cristo, el Hijo de Dios vivo, es un misterio… ¿Quién lo puede explicar? Si cada uno de nosotros, en la oración, dice al Señor: ‘Tú eres Cristo, el Hijo de Dios vivo’, Él responderá ‘Es verdad’ «.
Estas fueron palabras del Santo Padre en la Misa celebrada el pasado 27, en la capilla de la Casa Santa Marta, en el Vaticano. El Papa desarrollaba una reflexión a propósito del Evangelio de San Lucas, en el trecho en que Jesús pregunta a los discípulos lo que las personas hablan de Él y lo que ellos mismos piensan.
«Jesús pide a Pedro que no revele su respuesta a nadie y anuncia su Pasión, Muerte y Resurrección», dijo el Pontífice al recordar la reacción del apóstol, según San Mateo, cuando el jefe de los apóstoles afirmó: «Eso no ocurrirá jamás».
«Pedro se asusta, se escandaliza, como tantos cristianos que dicen: ‘¡Esto nunca sucederá!’ «. Según el Papa, ahí está el modo para «seguir a Jesús, para conocerlo apenas hasta un cierto punto»:
«Y esta es la tentación del bienestar espiritual. Tenemos todo: tenemos a la Iglesia, tenemos a Jesucristo, los Sacramentos, la Virgen María, todo, un buen trabajo para el Reino de Dios; somos buenos, todos. ¡Porque por lo menos tenemos que pensar eso, porque si pensamos lo contrario es pecado! Pero no es lo suficiente; con el bienestar espiritual hasta un cierto punto. Como el joven que era rico: él quería ir con Jesús, pero hasta un cierto punto. Falta esa última unción del cristiano, para ser un cristiano realmente: la unción de la cruz, la unción de la humillación. Él se humilló hasta la muerte, muerte de todo. Esta es la piedra de comparación, la verificación de nuestra realidad cristiana: ¿Yo soy un cristiano de la cultura del bienestar? ¿Yo soy un cristiano que acompaña al Señor hasta la cruz? La señal es la capacidad de soportar las humillaciones».
El escándalo de la Cruz, entretanto, continúa bloqueando a muchos cristianos. Todos -constata Papa Francisco- quieren resurgir, pero «no todos» pretenden hacerlo por el camino de la Cruz. Y, todavía más, se quejan de las injusticias o enfrentamientos sufridos, comportándose al contrario de lo que Jesús hizo y pide que se imite:
«La verificación [para saber] si un cristiano es un cristiano realmente es su capacidad de soportar con alegría y paciencia las humillaciones, ya que eso es algo que no nos gusta… Hay muchos cristianos que, mirando al Señor, piden humillaciones para asemejarse a Él. (Es aquí que se hace) la elección: el cristiano del bienestar – ¡que va para el Cielo, seguro de salvarse! – o el cristiano próximo a Jesús, por la estrada de Jesús». (JSG)
Con informaciones de la Radio Vaticana.
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