Redacción (Martes, 08-10-2013, Gaudium Press) La Iglesia en España se encuentra ultimando los detalles para lo que será el más importante evento del Año de la Fe a nivel local. Se trata de la Beatificación de los 522 mártires de la Guerra Civil Española, un evento que tendrá lugar el próximo domingo 13 de octubre en Tarragona durante ceremonia que presidirá el Cardenal Angelo Amato, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos.
Entre los mártires que serán beatificados no sólo hay sacerdotes, religiosas y religiosos, sino varios laicos que dieron su vida en defensa de su fe. Entre estos testimonios de martirio se encuentra el de la futura beata Lucrecia García Solanas, una viuda sin hijos quien durante la Guerra Civil escondió en su casa a varias profesas del Instituto de las Mínimas Descalzas de San Francisco de Paula, quienes vivían en un Convento en Barcelona, para protegerlas de la persecución.
Lucrecia García Solanas, junto con varias religiosas, fue brutalmente asesinada en Barcelona el 23 de julio de 1936. / Foto: Catholic.net |
Su historia fue recientemente relatada por Mons. Vicente Cárcel Ortí, historiador y autor de varios libros de católicos perseguidos en España, quien concedió una entrevista al medio italiano ‘Tempi.it’, y fue citado por Religión en Libertad.
Tal como relató, todo comenzó el 19 de julio de 1936 cuando García Solanas llegó corriendo al Convento para avisarles a las religiosas que dejaran el lugar de inmediato, puesto que varias iglesias en Barcelona estaban siendo quemadas por los responsables de la persecución religiosa.
De inmediato, la Madre Superiora ordenó a las hermanas que se vistieran como civiles, se escondieron en una torre cercana y se fueron refugiando en distintos lugares, entre ellos la casa de la viuda, contigua al Convento, quien ocultó a varias de las religiosas en el sótano.
Pero el refugio duró poco y el 22 de julio fueron halladas por los milicianos mientras oraban el Rosario implorando el Auxilio Divino. Pese a la súplica de la Madre Superiora, quien pidió a los milicianos dejar libre a García Solanas, puesto que era laica, la viuda, junto con las religiosas, fue brutalmente asesinada por odio a la fe el 23 de julio de 1936.
Sobre el testimonio de la laica, y otros que fueron asesinados en España durante la Guerra Civil, también se refirió Mons. Cárcel Ortí: «No se trata de héroes, pero sí de personas normales que vivían una fe por la cual valía dar la vida. Esto fue una sorpresa también para la Iglesia: muchos pensaban que la fe popular de los españoles era insuficiente, folclorista y sentimental. En vez, delante a la prueba, emergió su fuerza simple y cristalina».
Con información de Religión en Libertad y Tempi.it.
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