Asís (Martes, 08-10-2013, Gaudium Press) En su visita a Asís, el día 4 pasado, en la fiesta de San Francisco, el Papa estuvo en la Basílica de Santa Clara. Él visitó a las hermanas franciscanas de la Orden fundada por Santa Clara y les dirigió breves palabras.
El Santo Padre Papa hizo una silenciosa oración delante del crucifijo de San Damián. Fue de este crucifijo que San Francisco de Asís, al inicio de su vocación, oyó la recomendación: «Francisco, reconstruye mi Iglesia».
Al dirigirse a las monjas contemplativas allí reunidas el Pontífice afirmó: «Jesucristo es el centro de sus vidas. Cuando una monja de clausura sigue la estrada de la contemplación del Señor, de la oración y de la penitencia con Jesucristo, se torna grandemente humana. De la verdadera contemplación nace la alegría del corazón», afirmó el Pontífice.
«Ustedes son llamadas a tener gran humanidad, una humanidad como la de la Madre Iglesia: humanas, que sepan entender las cosas de la vida y los problemas humanos, que sepan perdonar e interceder al Señor por las personas. La humanidad de ustedes pasa por la estrada de Jesucristo, de la Encarnación del Verbo y la señal de una religiosa humana es la alegría, aquella alegría que viene de dentro, siempre con Cristo», acentuó el Papa, al dar continuidad a sus palabras.
El Santo Padre recordó a las Clarisas que Dios desea de ellas «una santidad humana, grande, bonita, madura, una santidad de Madre». Y, resaltando el modo de vida que llevan, el Papa además les dijo: «La Iglesia las quiere así. Cuando ustedes rezan por los sacerdotes y seminaristas ustedes tienen con ellos una relación de maternidad y con sus oraciones ellos se tornan buenos pastores del pueblo de Dios».
Al hablar sobre la vida en comunidad el Papa Francisco pidió a las monjas que sepan perdonar y tener paciencia, pues la vida de comunidad no es fácil y el diablo usa todos los medios para crear divisiones. Expresó el Papa: «Los problemas existen y siempre existirán, pero es preciso buscar la solución con amor. Cuiden de la vida comunitaria, pues cuando se vive bien en comunidad, en familia, el Espíritu Santo está en medio de esa comunidad». (JSG)
Con informaciones de la Radio Vaticana.
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