Madrid (Miércoles, 09-10-2013, Gaudium Press) El Prefecto Congregación para la Doctrina de la Fe, Mons. Gerhard Ludwig Müller, fue el encargado de cerrar las X Jornadas de Teología de Comillas en Madrid, España, con una ponencia en la cual criticó la imposición de la ideología atea pretendida por parte de nuevos autores. «Esta visión del mundo promovida por el nuevo ateísmo se trata hoy como programa de opinión con el que hay que estar de acuerdo», denunció el Prefecto. «Si alguien defiende la existencia de un Dios personal hay que ponerlo en cuarentena, considerarlo como un parásito».
Mons. Gerhard Ludwig Müller, Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Foto: Diócesis de Ratisbona. |
Es indispensable conocer a Dios
El prelado alertó sobre las consecuencias que el olvido de Dios tiene para una sociedad que puede vulnerar la propia libertad y la dignidad humanas, al cimentarse en una antropología que desconoce la trascendencia del hombre. «Una metafísica del conocimiento de Dios no es sólo interés histórico, sino condición para que el proyecto de la realidad no naufrague», aseguró Mons. Müller, quien expresó que el diálogo más importante en la actualidad debe dirigirse a los no creyentes, «con la razón humana como tal», buscando «que abra las puertas a una teología natural, condición para entender la Palabra de Dios».
El Arzobispo también recordó las terribles consecuencias de la aplicación del llamado «ateísmo científico» en la historia, promovido por regímenes como el nazismo y el comunismo. «Demostró ser intolerante e inhumano. Es obvio que el llamado ateísmo científico siempre intenta ser impuesto como una visión global del mundo y como un programa político totalitario», afirmó.
«La Iglesia afirma que el reconocimiento de Dios no se opone en modo alguno a la dignidad humana, ya que esta dignidad tiene en el mismo Dios su fundamento y perfección», agregó el Prefecto, quien repasó el magisterio de Benedicto XVI sobre la realidad del cristianismo ante los nuevos ateos. «Es Dios creador el que constituye al hombre inteligente y libre en la sociedad. Y, sobre todo, el hombre es llamado, como hijo, a la unión con Dios y a la participación de su felicidad».
El amor lleva al conocimiento
Por este motivo, Mons Müller hizo un llamado a «una metafísica de la realidad y una antropología de la trascendencia. Dios está más allá de todos nuestros conocimientos. Dios sigue siendo misterio». Este misterio, objeto de estudio de la Teología, es accesible a través de una relación personal. «lo importante es que se vea de nuevo que Dios existe, que Dios nos incumbe y que Él nos responde. Y que, a la inversa, si Dios desaparece, el hombre pierde su dignidad».
El Prefecto concluyó su ponencia recordando a San Juan de la Cruz, el «hambriento de amor» que es «arrebatado a la misma hermosura, y absorto en la misma hermosura, y transformado en la misma hermosura». Este camino fue destacado por el prelado como un cambio de perspectiva sobre el conocimiento de Dios. «Decimos que para amar algo hay que conocerlo. San Juan de la Cruz brinda un nuevo paradigma: conozco lo que amo. El amor lleva al conocimiento».
Con información de Universidad Pontificia de Comillas, Radio Vaticano y Revista Ecclesia.
Deje su Comentario