Ciudad del Vaticano (Jueves, 24-10-2013, Gaudium Press) Peregrinos de diversos países estuvieron ayer en la Plaza San Pedro para rezar con el Papa y oír sus palabras proferidas tradicionalmente en los miércoles en la Audiencia General.
El Santo Padre dio continuidad a sus reflexiones sobre la Iglesia. Ayer él resaltó especialmente la figura de Nuestra Señora indicándola como imagen y modelo de la Iglesia.
El documento conciliar Lumen Gentium, que dice: «Como San Ambrosio enseñaba, la Madre de Dios es la figura de la Iglesia en el orden de la fe, la caridad y la perfecta unión con Cristo», fue el punto de partida para sus consideraciones.
Fueron presentados, entonces, tres aspectos de Nuestra Señora, en ámbito eclesial: María como «modelo de fe», «modelo de caridad» y «modelo de unión con Cristo».
«¿En qué sentido María representa un modelo de fe para la Iglesia?», preguntó el Pontífice, para él mismo responder:
«La fe de María es el cumplimiento de la fe de Israel y, en este sentido, ella es modelo de fe de la Iglesia, que tiene como centro Cristo, encarnación del amor infinito de Dios. Su fe, sin embargo, recibe una luz nueva cuando el ángel le anuncia: ‘Tú serás la Madre del Redentor’. En ella se cumple la fe de Israel».
El Papa Francisco mostró el segundo aspecto: «María, modelo de Caridad» en el seno de la Iglesia, haciendo nuevamente una pregunta: ¿En qué modo la Virgen María es ejemplo vivo de amor? Pensemos en su disponibilidad en la visita a su prima Santa Isabel: ella traía en su seno al Hijo de Dios.
«Nuestra Señora quiere llevar, también a todos nosotros, el gran don que es Jesús y, con él, nos trae su amor, su paz, su alegría. Así, también la Iglesia es enviada a llevar a Cristo y su Evangelio a todos», afirmó el Papa.
En verdad, la principal ayuda que la Iglesia es enviada a llevar a los hombres es Cristo: ella no se anuncia a sí misma, sino que anuncia el amor de Cristo, que renueva el mundo. La Iglesia aprende esto, por el ejemplo del amor de María, mostró el Pontífice.
El Santo Padre habló sobre el tercer aspecto de María como modelo: ella es «modelo de unión con Cristo». El Papa enseñó que Nuestra Señora vive inmersa en el misterio de Dios hecho Hombre, como su primera y perfecta discípula, meditando todo en su corazón, a la luz del Espíritu Santo, para comprender y poner en práctica toda la voluntad de Dios.
El Santo Padre continuó su homilía, afirmando que ¡María nos enseña a estar siempre unidos a Jesús! Y, al concluir sus palabras, recordó que toda la acción de la Santísima Virgen, incluso las más comunes en el día a día de una mujer judía, eran realizadas siempre en unión perfecta con Jesús y con la voluntad del Padre.
Al final, el Papa bendijo a los presentes. (JSG)
De la Redacción – Con informaciones Radio Vaticana.
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