Ciudad del Vaticano (Miércoles, 30-10-2013, Gaudium Press) El Papa Francisco alertó a sus seguidores en Twitter sobre la codicia y el apego a los bienes materiales, que hacen al hombre «esclavo» de sus propias voluntades y deseos.
En el mensaje publicado este martes 29, el Santo Padre dijo: «Si los bienes materiales y el dinero se vuelven el centro de la vida, ellos se apoderan de nosotros y nos esclavizan».
Vale recordar que, anteriormente, el Papa ya había hablado de este tema en otras oportunidades, siempre abordándolo de modo diferente, pero, manteniendo el discurso precavido y alentando a sus fieles sobre los peligros de la lujuria y del orgullo en demasía.
El día 16 de mayo de este año, cuando recibió las credenciales de nuevos embajadores adjuntos al Vaticano, el Pontífice afirmó que la humanidad está viviendo momentos de «un retorno a la propia historia», pues nuestra sociedad acepta cada vez más el dominio del dinero sobre sobre sus vidas, al punto de no compartir sus propios bienes con los más pobres.
Foto: Gustavo Kralj / Gaudium Press. |
El día 20 de septiembre, durante la Santa Misa en la Casa Santa Marta, el Santo Padre destacó a los fieles que el dinero envenena el pensamiento, así como su idolatría, pues de ella, nacen males como la vanidad y el orgullo, que nos torna «maniacos de preguntas ociosas».
En la época, basando su homilía en las palabras de San Pablo sobre la relación entre el camino de Nuestro Señor y el dinero, subrayó: «No se puede servir a Dios y al dinero».
«El poder del dinero saca la Fe: ¡ella se debilita y usted la pierde! El dinero corrompe, no tiene salida», prosiguió.
El lunes, 21 de octubre, el Papa Francisco se refirió de nuevo al asunto, remitiendo las palabras contenidas en el Evangelio de San Lucas (Lc 12, 13-21), cuando hablaba sobre la ganancia.
Para el Santo Padre, «cuando una persona piensa en el dinero, destruye a sí misma, destruye la familia», cuando en verdad, «el dinero es necesario para llevar adelante cosas buenas, proyectos para desarrollar la humanidad».
Al final de la Celebración de aquel día, el Papa concluyó al decir que el mejor camino a seguir es el camino de la pobreza, no el de la pobreza en sí, sino «como un instrumento, para que Dios sea Dios, para que Él sea el único Señor», pues todos los bienes que tenemos, «el Señor nos da para que llevemos adelante el mundo, la humanidad, para ayudar a los otros». (LMI)
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