Madrid (Miércoles, 06-11-2013, Gaudium Press) «La Iglesia con todos, al servicio de todos», es el lema del Día de la Iglesia Diocesana que España conmemorará el próximo domingo 17 de noviembre.
La jornada, organizada por el Secretariado para el Sostenimiento de la Iglesia de la Conferencia Episcopal Española (CEE), se celebra cada año durante el domingo anterior a la festividad de Jesucristo Rey del Universo, y es una invitación para que los fieles tomen conciencia de que la Iglesia Universal se concreta para cada uno en la Iglesia particular, es decir en la diócesis. Asimismo, es una oportunidad para que los católicos apoyen económicamente la labor pastoral que desarrolla cada una de sus jurisdicciones eclesiales.
Con ocasión de este evento, algunos obispos españoles se han dirigido a los fieles de sus diócesis animándolos a unirse a la jornada con su oración y apoyo, como lo ha hecho el Obispo de Valencia, Mons. Carlos Osoro Sierra.
«La Iglesia está con todos y al servicio de todos porque muestra su cercanía al corazón de todo hombre y de todos los hombres, manifestando su preocupación y solicitud por cada persona», ha señalado el prelado al referirse al lema de Día de la Iglesia Diocesana.
Más adelante, tomando algunas palabras del Papa Francisco, Mons. Osoro recuerda también en su mensaje: «la Iglesia es nuestra madre. La Iglesia nos regala vida, nos engendra en la fe por obra del Espíritu Santo. Dios nos regala el don de la fe a través de la Iglesia. Como una madre ayuda a crecer a sus hijos, la Iglesia muestra el camino de la vida, acompaña nuestro crecimiento porque nos transmite la Palabra de Dios y nos alimenta con la Eucaristía. La Iglesia entrega el perdón de Dios a través del sacramento de la penitencia, como la madre que siempre comprende y defiende a sus hijos, los acoge, está cerca de cada uno en sus sufrimientos y en sus gozos y sabe reconocer en ellos los dones recibidos».
En este sentido, el prelado recuerda que es también a cada miembro de la Iglesia a quien le corresponde «anunciar el evangelio, entregar la vida de Jesucristo, su amor, su paz a todos los hombre y mujeres, para dar luz a cada situación de sufrimiento (…), para que reciban este rostro de Madre que regala a su Hijo».
Con información de la Conferencia Episcopal Española y Revista Ecclesia.
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