México (Sábado, 09-11-2013, Gaudium Press) El impactante llamado del Obispo de Apatzingán, México, Mons. Miguel Patiño Velázquez, quien denunció recientemente la grave situación de violencia en el estado de Michoacán, motivó el respaldo de los Obispos mexicanos y graves preocupaciones por su seguridad personal. La Conferencia del Episcopado Mexicano tuvo que desmentir el pasado 07 de noviembre las informaciones de prensa que afirmaban que el prelado había abandonado la Diócesis para proteger su vida. Aunque el Obispo prosigue sus labores ordinarias, la grave problemática continúa sin solución.
Mons. Miguel Patiño Velázquez, Obispo de Apatzingán, México. |
«El Estado de Michoacán tiene todas las características de un Estado Fallido», denunció el Obispo en una declaración oficial a todos los fieles de la Diócesis. «Nuestro pueblo de Michoacán tiene años sufriendo las injusticias del crimen organizado que se han recrudecido en los últimos meses», agregó, nombrando cuatro grupos responsables de diversos crímenes y las actividades ligadas al narcotráfico en su territorio, denunciando incluso la inacción o complicidad de las autoridades. «Los gobiernos municipales y la policía están sometidos o coludidos con los criminales y cada vez más crece el rumor que el gobierno estatal también está al servicio del crimen organizado lo que provoca desesperanza y desilusión en la sociedad».
El caos denunciado por el prelado incluye la descripción de iniciativas civiles de autoprotección y los ataques que las comunidades sufren por parte de las bandas que desean recuperar el control de las zonas perdidas. Los operativos de las fuerzas federales presentes no parecen eficientes, ya que «no se ha capturado a ninguno de los capos principales del crimen organizado, aun sabiendo dónde se encuentran; prácticamente en su presencia se extorsiona, se cobran cuotas, se secuestra y se levanta a personas», afirmó Mons. Patiño.
Ante esta realidad, todos los miembros de la Diócesis «hemos hecho un firme compromiso con la paz y nos hemos trazado como meta pastoral la construcción de la cultura de la paz desde la catequesis infantil, los movimientos de niños, adolescentes, jóvenes y adultos; las agrupaciones y comunidades». Sin embargo esta acción no es suficiente para suplir la preocupante problemática, por lo cual el obispo recordó el texto del profeta Habacuc: «¿Hasta cuándo, Señor, pediré auxilio, sin que me escuches, y denunciaré a gritos la violencia que reina, sin que vengas a salvarme?».
Los Obispos de México respaldan el llamado
Su angustiado llamado recibió el apoyo de los Obispos de todo el país, quienes a través de una declaración conjunta de la Conferencia del Episcopado Mexicano. «Los Obispos de México unimos nuestra oración, nuestra voz y nuestra acción a lo expresado por Monseñor Patiño» afirmaron los prelados. «Nos duele el drama por el que están pasando muchas hermanas y muchos hermanos mexicanos. Nos aflige el hecho de que incluso la atención pastoral a los fieles se esté viendo afectada por las amenazas del crimen organizado, como también lo ha denunciado pública y valientemente Monseñor Javier Navarro Rodríguez, Obispo de Zamora».
Las autoridades eclesiásticas hicieron un llamado a «las autoridades federales, estatales y municipales una acción pronta y eficaz ante la injusticia» para poner fin a la oleada de crímenes. También solicitaron «a todos los hombres y mujeres de buena voluntad a sumar esfuerzos para enfrentar positiva, creativa y solidariamente toda forma de violencia, a fin de edificar una sociedad justa, pacífica y próspera».
Los Obispos invocaron la asistencia de Dios y la intercesión de la Santísima Virgen bajo la advocación de Nuestra Señora de Guadalupe y se comprometieron «a seguir colaborando en la atención pastoral de las víctimas de la violencia y en la reconstrucción del tejido social, favoreciendo una cultura del respeto al estado de derecho y de la paz».
Comunión en el dolor y la oración
«No podemos quedarnos callados ante tanto dolor y sufrimiento físico, social, político, económico, moral y espiritual», expresó por su parte el Obispo de Tacámbaro, Mons. José Luis Castro Medellín. «Debemos ser solidarios con esta Diócesis hija y hermana que está clamando al cielo piedad y misericordia para no perder la esperanza de una vida digna a la que tienen derecho por ser ciudadanos mexicanos e hijos de Dios».
«Señor Obispo Don Miguel Patiño, hermanos sacerdotes, religiosos, religiosas y pueblo de Dios que peregrina en Apatzingán», agregó el prelado, «queremos decirles que la Diócesis de Tacámbaro está unida en oración con todos ustedes, que sus sufrimientos los hacemos nuestros y que tenemos la firme esperanza de que Dios escuche nuestra oración llena de esperanza cristiana para vencer el mal con el bien»
Mons. Castro también expresó su oración por la intención de que «esta situación nos ayude a sentirnos verdaderos hijos amados del Padre que tenemos en el cielo, que nunca nos abandona», y reafirmó su compromiso de seguir «pidiendo con todo el corazón que manifieste su infinito Amor y Poder a favor de nuestro Estado y Nación concediéndonos el don de la paz», concluyó.
Con información de Conferencia del Episcopado Mexicano.
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